De eso no se habla. Muchas veces preferimos evitar conversaciones sobre asuntos que no son sencillos de abordar, sin embargo, hay situaciones en las que la palabra y la escucha pueden hacer la diferencia. La Organización Mundial de la Salud (OMS) viene alertando hace años sobre esta problemática y aseguran que durante la pandemia se agravó aún más.
Por eso, promueve acciones con el fin de visibilizar este complejo problema de salud pública, reducir el estigma asociado a él y crear conciencia acerca de la importancia de la prevención. “Crear esperanza a través de la acción” es el tema propuesto por la OMS como una poderosa llamada a la acción recordando que existe una manera de evitarlo, a través de nuestras acciones podemos brindar esperanza a quienes están sufriendo.
El suicidio tiene grandes consecuencias sociales, económicas y emocionales. Se calcula que actualmente se producen más de 700.000 suicidios al año en todo el mundo, y sabemos que cada uno de ellos afecta a muchas más personas. En Argentina, según datos publicados por el Centro de Asistencia al Suicida, son más de 3.000 personas por año las que deciden poner fin a su vida.
La licenciada en psicóloga María Sol Cátera (M.N. 56.307) advierte que existen muchos mitos sobre el suicido, por eso es importante cuestionarlos para darles visibilidad. “Sabemos que a veces puede ser difícil conversar sobre el tema pero hablar de prevención del suicidio, de forma empática y responsable, ayuda a que visibilicemos esta realidad y brindemos el apoyo más apropiado a quienes lo necesiten. El estigma en torno al tema solo perpetúa el sufrimiento”.
Mitos
Se suele pensar que hablar sobre suicidio con personas en riesgo podría incitar a cometerlo. Pero, según sostiene la psicóloga, al evitar hablar sobre el tema les transmitimos la idea de que es algo de lo que no puede o no se debe hablar: “La realidad es que hablar de ello alivia la tensión y reduce el peligro, ya que muchas veces la persona sufre en silencio”.
Hay otro mito respecto del perfil de la persona predispuesta al suicidio. La OMS lo define como un fenómeno complejo y multicausal, en el que interactúan factores biológicos, sociales, culturales, psicológicos y medio ambientales. Al respecto, Cátera agrega: “Se tiende a creer que sólo aquellas con trastornos mentales lo hacen. Lo cierto es que existen múltiples factores y causas, cada persona vive y siente los acontecimientos de distinta manera, las cuales pueden acumularse y ser intolerables”.
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También existe la creencia de que si una persona dice o amenaza con quitarse la vida, no lo hace. Sin embargo, la especialista aclara que la mayoría de las personas que lo intentan o lo llevan a cabo, le hicieron saber a alguien o de alguna manera su propósito. Por esa razón, es muy importante el rol de los familiares y allegados para estar atentos a las señales.
Signos de alerta
Toda persona antes de cometer un intento de suicidio evidencia una serie de señales que, de ser detectadas a tiempo, pueden ayudar a evitarlo. En esa línea, la licenciada advierte: “Es clave dar importancia si notamos cambios drásticos de comportamiento en una persona”. Además, enumeró: alteraciones notables en los patrones de sueño, alimentación o interacción social; el deterioro en el rendimiento escolar o laboral; la expresión de desesperanza o desamparo; el sentimiento de que no hay salida o que no hay solución para sus problemas; las expresiones directas o indirectas de querer morir; el aumento del consumo de alcohol o de drogas, el abuso de sustancias puede ser indicador de angustia emocional.
Otras señales pueden ser el llanto, el aislamiento, el silencio o la extrema euforia. “El suicida, aunque sabe que su acto es letal, en realidad no quiere morir sino reducir a cero su dolor moral”, dijo Cátera. La recomendación de la especialista es romper el silencio, aportar palabras que faciliten la expresión del dolor, la escucha empática sin criticar ni juzgar, y alentar a buscar apoyo en los equipos de salud mental. Esto será clave para ayudarlo a tomar otras decisiones.
Marco legal: el derecho a estar a salvo
Las leyes pretenden regular el comportamiento de las personas y las situaciones por las que atraviesan, a la vez que determinan el funcionamiento de instituciones, los poderes del estado y los organismos de Gobierno. Si bien es cierto que no basta la sola declaración de derechos para que sean satisfechos, que exista la ley faculta a las personas a exigir su cumplimiento.
El Ministerio de Salud, luego de la publicación de su último informe epidemiológico con las cifras sobre la cantidad de personas que se quitaron la vida en el país, propone un sistema de notificación único para suicidios e intentos de suicidio. La iniciativa se basa en la Ley Nacional de Prevención del Suicidio Nº 27.130 orientada a disminuir la prevalencia del suicidio a través de la asistencia y la prevención.
Esta norma, sancionada en 2015, declara de interés nacional la atención biopsicosocial, la investigación científica y epidemiológica, la capacitación profesional en la detección y atención de las personas en riesgo de suicidio y la asistencia a las familias de víctimas del suicidio.
En 2020, desde la Dirección Nacional de Salud Mental y Adicciones se reglamentó la ley con los aportes de diferentes autoridades ligadas a la salud mental quienes propusieron la unificación de los registros sobre suicidios e intentos en un sistema de notificación obligatorio. Además, llama a las obras sociales y empresas de medicina prepaga a brindar cobertura asistencial a las víctimas y sus familias.
La Ley de Salud Mental
Esta situación da pie a recordar otra norma paradigmática. Se trata de la Ley Nº 26.657 de Salud Mental que establece que se debe destinar un diez por ciento del presupuesto total en Salud al área de salud mental. Sin embargo, durante los últimos doce años, desde su sanción en 2010, dicho monto apenas superó el dos por ciento.
La buena noticia es que en el marco del Encuentro Nacional de Salud Mental, que se llevó a cabo a principios de este mes en Tecnópolis, la ministra de Salud de la Nación, Carla Vizzotti, anunció que por primera vez se logró destinar más del diez por ciento del presupuesto de salud a esta problemática.
El cumplimiento de esta cláusula hace suponer que, disponiendo ahora de los recursos económicos, se podrán implementar los cambios y adecuaciones pendientes que establece la ley para asegurar la adecuada atención a las personas con padecimiento mental y la protección de sus derechos.
Centro de Atención al Suicida
Línea 135: El Centro de Atención al Suicida (CAS) es una organización no gubernamental que, en base al trabajo voluntario, ofrece servicios de atención y contención tanto para familiares, allegados o personas en situación de crisis. Atiende de forma anónima, gratuita y voluntaria.
La línea 135 es gratis desde CABA o Gran Buenos Aires; y el (011) 5275-1135 o el 0800 345 1435 son para todo el país. Para más información: https://www.asistenciaalsuicida.org.ar
(*) Mercedes Tombesi, abogada, periodista, técnica en Turismo y docente de Derechos Humanos de la UBA.