Una forma de terapia génica utilizada para tratar la enfermedad de Parkinson puede reducir significativamente el consumo de alcohol entre los bebedores empedernidos crónicos, sugiere un estudio reciente.
Los resultados del estudio, realizado como un ensayo clínico en primates no humanos, fueron publicados en la revista Nature Medicine.
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Los investigadores demostraron que la implantación de un tipo específico de molécula que induce el crecimiento celular restablece efectivamente la vía de recompensa de dopamina del cerebro en animales predispuestos al consumo excesivo de alcohol.
La dopamina, una sustancia química liberada en el cerebro, se asocia con la sensación de placer.
Cómo es la terapia génica que podría tratar la adicción al alcohol
Una de las opciones terapéuticas para esta enfermedad es la inserción del factor de crecimiento GDNF en el cerebro con cirugía y terapia génica para acelerar el crecimiento de las neuronas que producen dopamina.
“Este tratamiento fue increíblemente efectivo”, señala la coautora principal del estudio, Kathleen Grant. “El consumo de alcohol de los monos tratados se redujo a casi cero”.
Grant es profesor y jefe de la división de neurociencia en el Centro Nacional de Investigación de Primates de Oregón en la Universidad de Salud y Ciencia de Oregón en Portland.
“Durante meses, estos animales optaban por beber agua y simplemente evitaban beber alcohol por completo”, asegura Grant. “Disminuyeron su consumo de alcohol hasta el punto de que era tan bajo que no registramos un nivel de alcohol en la sangre.
“Esto podría ser potencialmente una herramienta para salvar vidas para los casos más graves de trastorno por consumo de alcohol que no responden a otros tratamientos”.
El virus implantado, que no es dañino, lleva un gen que codifica la proteína conocida como factor neurotrófico derivado de la glía, o GDNF.
El GDFN es un potente factor que promueve la supervivencia, el mantenimiento y la reparación de las células nerviosas del cerebro que producen dopamina en el sistema nervioso maduro.
Para este trabajo, se inyectó este factor en un área específica del cerebro de monos macacos rhesus que en gran medida beben etanol diluido en agua. Después de que cuatro macacos se sometieron al procedimiento, su consumo disminuyó en más del 90% en comparación con un grupo de control.
“Los monos que fueron tratados con este gen comenzaron a sobreexpresar permanentemente la dopamina y disminuyeron sustancialmente su consumo de alcohol”, afirma Grant.
El trastorno por consumo de alcohol
El trastorno por consumo de alcohol y las muertes relacionadas con el alcohol siguen siendo un problema importante en los Estados Unidos y en todo el mundo. Se estima que 140,000 muertes ocurren anualmente por causas relacionadas con el alcohol, según el Instituto Nacional sobre el Abuso del Alcohol y el Alcoholismo.
Según la Federación Mundial del Corazón, en 2019, casi 2,4 millones de muertes se atribuyeron al alcohol, lo que representa el 4,3% de todas las muertes a nivel mundial. El alcohol también se ha relacionado con una variedad de enfermedades y cáncer.
“Se necesitan estudios adicionales para determinar si este puede ser un tratamiento recomendado para el trastorno grave por consumo de alcohol en humanos”, advirtió Grant.
“Nunca debemos perder la esperanza de que algún día continuaremos encontrando tratamientos efectivos para aquellos que sufren de adicción”, confía.
