El efecto placebo es la sensación de estar mejor que experimentamos tras tomar un medicamento o un remedio natural, pero antes de que haya podido hacer efecto. También es la sensación de sentirse mejor después de ingerir una sustancia desprovista de propiedades terapéuticas y creyéndola curativa. Este efecto parece tener el potencial de ayudar a aumentar la eficacia del ejercicio físico.
Por ejemplo, en los ensayos clínicos a ciegas, a los participantes se los coloca al azar en dos grupos diferentes y se les administra tanto el medicamento activo como un placebo, sin que ellos ni los investigadores sepan qué sustancia se está tomando. Esto permite una evaluación imparcial de la eficacia del fármaco por parte de los investigadores.
Ahora, un nuevo estudio descubrió que las personas que se someten a un programa de entrenamiento pensando que fue personalizado para que se adapte a sus capacidades y necesidades individuales tienen más expectativas sobre los efectos que va a tener y su rendimiento es mayor.
Cuando las personas creen que el programa de entrenamiento que están siguiendo fue optimizado para ellas, se producirá un efecto, independientemente del contenido del programa, según afirmó Kolbjørn Andreas Lindberg, investigador de la Universidad de Agder en Noruega y uno de los autores del trabajo, que se publicó en la revista Scientific Reports. “Es exactamente el mismo que el efecto placebo que conocemos en la medicina”, añadió.
Entrenamientos personalizados: un incentivo para hacer ejercicio
En el estudio participaron 40 personas que, tras someterse a diversas pruebas físicas en el laboratorio, recibieron diferentes programas de entrenamiento. A la mitad de estos individuos le dijeron que el programa de formación que le habían entregado había sido diseñado especialmente para ellos teniendo en cuenta los resultados de las pruebas que habían realizado. Este fue el grupo de intervención, mientras que el otro sirvió como grupo de control y no recibió este mensaje.
Los programas de entrenamiento que recibieron todos ellos variaban respecto al peso y el número de repeticiones que tenían que hacer, pero, en promedio, eran parecidos. Tras completar entre ocho y 10 semanas de entrenamiento, todos los participantes fueron evaluados de nuevo con exámenes físicos de laboratorio.
Los resultados al saber del entrenamiento personalizado
Lindberg explicó que aquellos que pensaban que habían recibido un programa de entrenamiento adaptado individualmente, obtuvieron mejores resultados, en promedio, que el grupo de control y los investigadores encontraron diferencias entre los dos grupos, sobre todo con el ejercicio de sentadillas y en la ganancia muscular general.
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El especialista señaló que es probable que los participantes que pensaban que estaban siguiendo un programa personalizado entrenaran un poco más y con mayor intensidad y que esto podría haber afectado a los resultados. Según la investigación de Lindberg y sus colegas, las expectativas y creencias de una persona sobre su régimen de entrenamiento pueden tener un gran impacto en los resultados.
“El efecto placebo se pasa por alto en gran medida cuando se investigan los resultados del ejercicio. Puede ser difícil realizar un estudio ciego cuando se compara el entrenamiento dos veces por semana con el entrenamiento cuatro veces por semana”, dijo Lindberg.