El mal de Alzheimer es un trastorno del cerebro y es la causa más común de demencia, un deterioro gradual en la memoria, el pensamiento, el comportamiento y las habilidades sociales, cambios que afectan la capacidad de funcionamiento de una persona. Un nuevo estudio demostró que un sencillo test es capaz de predecir el riesgo de desarrollar deterioro cognitivo con años de antelación en personas que no manifestaron problemas de pensamiento o pérdidas de memoria.
De la investigación, participaron 969 personas con una edad promedio de 69 años que no tenían alteraciones cognitivas cuando se inició el estudio y a las que se siguió durante un período de hasta 10 años. “Cada vez hay más pruebas de que algunas personas sin problemas de pensamiento y memoria pueden tener signos muy sutiles de deterioro cognitivo temprano”, declaró la autora del estudio, Ellen Grober, del Colegio de Medicina Albert Einstein en el Bronx, Nueva York.
“En nuestro estudio, una prueba de memoria sensible y simple predijo el riesgo de desarrollar deterioro cognitivo en personas que, de otro modo, se consideraba que tenían una cognición normal”, añadió Grober acerca de los resultados que se publicaron en Neurology, la revista médica de la Academia Estadounidense de Neurología.
Identificar a las personas con mayor riesgo de deterioro cognitivo
La prueba diseñada por los investigadores se compuso de fases: en la fase de estudio se le mostraron a los participantes cuatro tarjetas, cada una con dibujos de cuatro elementos y se les pidió que identifiquen el artículo correspondiente a una categoría en particular, por ejemplo, nombrarían “uvas” cuando se les pidiera que identificaran una “fruta”. Para la fase de prueba, primero se les pidió que recuerden los elementos, ya que eso medía su capacidad para recuperar información, mientras que después se les proporcionaron claves de categoría para los elementos que no hayan recordado y esta fase medía el almacenamiento de memoria.
Los participantes se dividieron en cinco grupos o etapas de cero a cuatro, dependiendo de las puntuaciones obtenidas en las pruebas como parte del sistema “Etapas del deterioro objetivo de la memoria (SOMI)”.
La etapa cero no supone problemas de memoria, mientras que las etapas uno y dos revelan una creciente dificultad para recuperar recuerdos que pueden preceder a la demencia entre cinco y ocho años (estos participantes siguen siendo capaces de recordar elementos cuando se les dan pistas). En las etapas tercera y cuarta, las personas no pueden recordar todos los elementos, incluso después de recibir pistas (estas etapas preceden a la demencia de uno a tres años).
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Los resultados mostraron que el 47% de los participantes estaba en la etapa cero, el 35% en la etapa uno, el 13% en la dos y el 5% en las etapas tres y cuatro combinadas. Los investigadores ajustaron otros factores de riesgo que podían influir como la edad, el sexo, el nivel educativo y la presencia del gen APOE4, que se relacionó con las probabilidades de sufrir la enfermedad de Alzheimer y encontraron que, en comparación con las personas en la etapa cero de SOMI, las personas en las etapas uno y dos tenían el doble de probabilidades de desarrollar deterioro cognitivo. Las personas que se encontraban en las etapas tres y cuatro tenían tres veces más probabilidades de desarrollar deterioro cognitivo.
Otros resultados del estudio sobre la predicción del deterioro cognitivo
Los autores del estudio también ajustaron los biomarcadores del alzheimer, como la acumulación de placas de beta amiloide y los ovillos tau en el cerebro, y el sistema SOMI siguió prediciendo un mayor riesgo de deterioro cognitivo.
Los investigadores estimaron además que, al cabo de 10 años aproximadamente, el 72% de los que estaban en la tercera y cuarta etapa habría desarrollado deterioro cognitivo, en comparación con alrededor del 57% de los que estaban en la segunda etapa, el 35% de los de la primera etapa y el 21% de los que estaban en la etapa cero.
“Nuestros resultados respaldan el uso del sistema SOMI para identificar a las personas con más probabilidades de desarrollar deterioro cognitivo”, dijo Grober. A la vez, el especialista indicó: “Detectar el deterioro cognitivo en sus primeras etapas es beneficioso para los científicos que investigan tratamientos, pero también podría beneficiar a aquellas personas que se encuentran con un mayor riesgo a consultar con su médico e implementar intervenciones para promover un envejecimiento cerebral saludable”.