Los piercings dentales, también llamados gemas o joyas dentales o en inglés tooth gems, son populares en las redes sociales. El nuevo accesorio semipermanente en tendencia ya lo lucen Hailey Bieber, Dua Lipa y de forma local, Tamara Báez.
No es nada nuevo: los registros antropológicos muestran que, por ejemplo, en el Imperio Maya, se decoraban los dientes con jade, oro y turquesa.
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Si se deja de lado la estética, ¿qué pasa con las implicaciones para la salud dental de estos pequeños adornos?
“Primero tiene que haber una boca sana: nada de caries o encías inflamadas”, advierte Pablo Rodriguez, decano de la facultad de Odontología de la UBA. Luego remarca el tipo de adhesivo dental con el que se aplica el strass en el diente: “Si bien no daña el esmalte porque es muy rígido e impermeable, el procedimiento debería hacerse bien porque si queda un espacio muy grande podría ser un factor retentivo de placa bacteriana y causar caries”.
El proceso solo toma unos minutos y es indoloro, siempre que la gema esté unida a la superficie de un diente sano.
La mayoría de las celebridades que usan gemas dentales tiene cristales dentales Swarovski. Estos cristales elegantes son la gema dental perfecta para principiantes. Vienen en una variedad de colores y son lo suficientemente simples como para que la persona se acostumbre a la sensación de la gema del diente.
“Hay que explicarle al paciente que tiene que cepillarlo muy bien porque si atrapa placa bacteriana, podría traer eventualmente caries y eso no está bien. Hay que colocarlo, por supuesto, lejos de la encía con el mismo sentido: que la placa bacteriana no ocasione inflamación gingival”, insiste el odontólogo.
Es esencial utilizar solo joyas que estén diseñadas específicamente para los dientes. Como explica el técnico de gemas dentales, Biggie Eillish en TikTok, “Las gemas de uñas pueden ser Swarovksi, pero no son gemas avanzadas sin plomo, por lo que podría haber cierta intoxicación por plomo de liberación lenta y solo se sabrá cuando el cuerpo manifieste algún síntoma”.
Las gemas dentales son, en su mayoría, semipermanentes y pueden durar entre seis meses y un año. Cuando se retira la gema, suele quedar algo de pegamento en el diente. Esto no es dañino, pero puede ser visible. Siempre debe quitarlo un odontólogo y no tratar de despegarlo por propia cuenta, ya que se podría debilitar el esmalte.
