Siempre se dice que los ojos son el reflejo del alma, ya que, generalmente, expresamos a través de ellos diversas emociones. Pero ahora, un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Colorado Boulder, en Estados Unidos, demostró que cuando nos enfrentamos a una decisión, nuestra mirada puede dar un indicio sobre cómo la vamos a llevar a cabo.
Tanto es así, que los científicos pudieron detectar a quien optaba por una elección de manera más racional o de forma emocional. Además, los movimientos oculares podrían dar pistas acerca de quién está padeciendo una depresión o quién evidencia algún signo relacionado con el párkinson, según la investigación que se publicó en la revista Current Biology.
El estudio que vincula el movimiento de los ojos y las decisiones que se toman
El equipo de científicos de Estados Unidos que llevó a cabo el estudio advirtió que el ser humano tiende a mover los ojos de forma más rápida cuando mira hacia las opciones que finalmente terminarán siendo seleccionadas y, para llegar a estos resultados, se analizaron las reacciones de 22 voluntarios.
A todos ellos, los hicieron caminar en una cinta de correr y se les presentó una opción de dos configuraciones: una caminata corta en una pendiente empinada o una caminata más larga en el plano. Cuando los investigadores ofrecieron ambas opciones donde una era mucho más laboriosa que la otra, la velocidad de los ojos de los participantes tendía a aumentar cuando se lanzaban en la dirección de la opción más fácil, enfatizando su grado de preferencia.
Los especialistas siguieron los movimientos de los ojos con una cámara de alta velocidad y Alaa Ahmed, ingeniero mecánico y uno de los autores del estudio, manifestó: “Inicialmente, los movimientos sacádicos (rápidos desplazamientos de la fijación de un punto a otro del campo visual) de cualquiera de las opciones eran igualmente vigorosos. Luego, con el paso del tiempo, ese vigor aumentó y aumentó aún más rápido para la opción que finalmente eligieron”.
Los misterios de nuestra mirada
“Si hay un elemento de nuestro cuerpo que siempre atrajo la atención de la ciencia son los ojos. Allá por el siglo XIX, emergió una corriente que se conocía como optografía. Se trataba de una teoría que tuvo su inicio trescientos años atrás, justo cuando el fraile Christopher Scheiner propuso algo un tanto inquietante”, señaló Valeria Sabater, psicóloga de la Universidad de Valencia.
La especialista comentó que, según Scheiner, en la retina de los animales podía quedarse la imagen impresa de lo que vieron antes de fallecer, tras lo cual dijo: “Entrados en el siglo XX y el siglo XXI, el interés en nuestra mirada y sus misterios prosiguió, pero esta vez se centró en las pupilas. En 2014, el Instituto Leiden para el cerebro y la cognición (Países Bajos) explicó en un estudio que nuestras pupilas pueden dilatarse cuando se entremezcla algún componente emocional”.
Sabater explicó: “A lo largo de este tiempo, también surgieron teorías menos válidas y poco fiables, como que el color de nuestros ojos se vincula a nuestra personalidad. Al día de hoy, hay un aspecto claro: nuestros ojos reflejan muchos de los procesos que acontecen en el cerebro y, en especial, aquellos que tengan que ver con los pensamientos y las emociones”.
La forma en que decidimos y el movimiento de los ojos
La psicóloga ejemplificó: “Imaginemos que nos invitan a un restaurante oriental y nos ofrecen una carta de lo más variada y deliciosa con infinitos tipos de sushi. Ante todas esas opciones apetecibles, nuestras preferencias se verían reflejadas en la mirada, aunque no nos daríamos cuenta de ello. Un movimiento de ojos más intenso en las personas refleja aquellas elecciones que son de su interés”.
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“Esto mismo es lo que nos explica el trabajo de la Universidad de Colorado Boulder. Se denomina vigor sacádico a la oscilación que llevan a cabo nuestros ojos cuando deliberamos y nos inclinamos por una opción y no otra. Los distintos experimentos llevados a cabo con diversos grupos de personas proponiéndoles diferentes ejercicios de elección revelaron este hecho”, dijo Sabater.
Movimientos oculares involuntarios
Las personas aportamos mucha más información de la que pensamos con nuestro cuerpo y, según la experta “la comunicación no verbal se expresa con movimientos, gestos, posturas y también con el movimiento de los ojos”.
“Sin embargo, no somos conscientes de ello. Los movimientos sacádicos oculares son una pista directa sobre lo que sucede en el cerebro”, expresó.
“Pongamos un ejemplo: si estamos haciendo una compra en línea, nos ofrecen dos auriculares a un mismo precio y uno de ellos nos propone el envío gratis, se apreciará en nuestros ojos un vigor sacádico más intenso que nos llevará a elegir esta opción. Pero, son movimientos muy rápidos y duran muchísimo menos de un milisegundo y un parpadeo”, indicó.
Depresión y enfermedad de Parkinson
Colin Korbisch, integrante del Departamento de Ingeniería Mecánica de la Universidad de Colorado y autor principal del estudio, aportó como dato que las personas que presentan un vigor sacádico ocular más lento correlacionan con pacientes que sufren depresión y también párkinson. “Esta información abre un nuevo campo de investigación, ya que, por ejemplo, tendríamos otra variable para realizar diagnósticos más ajustados”, señaló la psicóloga.
En tanto, Korbisch manifestó: “Los movimientos oculares son increíblemente más interesantes para estudiar porque, a diferencia de los brazos o piernas, la velocidad de los movimientos oculares es casi o totalmente involuntaria”.