Cada fin de año, se realiza un balance de lo vivido, se agradece por lo bueno y se buscan rituales para arrancar de la mejor manera el año que se inicia. Así como se elige ropa de ciertos colores para vestirse, se comen las 12 uvas o se da la vuelta manzana con una valija, hay ritos que se pueden hacer en el hogar para atraer lo que se quiere en el Año Nuevo.
Los rituales de fin de año para realizar en la casa no son nada del otro mundo, pero si se hacen con el corazón, van a significar mucho, ya que, lo realmente importante es que desde lo más profundo del ser se pida que el nuevo año llegue cargado de cosas buenas.
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Para pedirlas, se puede agarrar un papel y una lapicera antes de la cena y escribir la lista de deseos y buenos propósitos que se esperan para 2023 y después de las doce campanadas, se quema anhelando que los anhelos se cumplan durante el año.
7 rituales para atraer la buena suerte al hogar este fin de año
- Una profunda limpieza: uno de los rituales de fin de año para el hogar más tradicionales es realizar un aseo completo por todos los rincones, por lo cual hay que hacer un repaso general y profundo a toda la casa. Además, hay que sacar a la basura cosas que no se usan, que están viejas o dañadas para abrir espacio a las nuevas. Se debe pasar la escoba y el trapo por cada rincón.
- Ambientar con aromatizante de canela: una vez concluida la limpieza general, aprovechar para fregar el suelo con un ambientador de canela. Además de dejar un olor delicioso, popularmente se cree que su aroma atrae la buena suerte. Si no se tiene un producto específico, agregarle una pizca de canela en polvo al agua y asegurase de no pasar dos veces por el mismo espacio, solo una vez y al final del aseo general.
- Recopilar las monedas que se encuentren en casa: el tercero de los rituales para la casa de fin de año incluye recoger todas las monedas que se hayan encontrado durante la limpieza general, ya sea en los cajones, en los abrigos o debajo de la cama. Luego, hay que colocarlas en una caja de cristal o de madera que tenga tapa, tomar un cordón o cinta de color rojo para atarla con un lindo nudo. Se deja en un sitio visible de la casa, mejor si es debajo de un espejo que esté muy limpio y se visualiza cuando empiezan a sonar las 12 campanadas.
- Encender velas por cada uno de los propósitos que se deseen: las velas simbolizan luz y son sinónimo de una señal divina, como las estrellas. Por ello, es recomendado encender una vela de diferentes colores según los propósitos que se tengan para el Año Nuevo. Se puede aprovechar para encender velas de estos tonos durante la cena. Rojas para atraer el amor, verdes para que llegue la salud y la prosperidad, amarillas o doradas porque llaman la riqueza y la estabilidad económica.
- Colgar unas cuantas imágenes de ovejas: las ovejas son sinónimo de buena suerte, de riqueza y abundancia. Dicen las abuelas que es bueno colgarlas en la puerta de la casa, por donde entrarán todos estos buenos deseos. Asimismo, se recomienda ponerlas debajo de la almohada. Hay culturas que incluyen algunos granos como arroz, porotos o lentejas dentro de la imagen o el muñeco de una oveja para que nunca falten los alimentos, pero esto es opcional. También es una buena idea obsequiar imágenes de ovejas a los seres queridos antes de la noche vieja para que puedan colgarlas a tiempo en sus puertas y tener todas estas bendiciones.
- Dejar ir las malas energías para que entren las buenas: para que las malas energías que hay en casa se vayan con el año viejo, es bueno abrir de par en par las ventanas de la casa a las doce de la noche del 31 de diciembre. Según las abuelas, al hacerlo, mientras lo malo se va, lo bueno entra y, en caso de no estar en la casa a esa hora, se puede hacer cuando se vuelve o en la mañana siguiente.
- Que no falten los alimentos en abundancia: el último de los rituales de fin de año para el hogar invita a llenar las alacenas y heladeras con buena comida, ya que, esto garantiza la prosperidad y la abundancia y, al hacerlo, habrá alimentos en la casa durante los próximos 12 meses. Además, si está dentro de las posibilidades económicas, procurar que la cena de Año Nuevo sea abundante.