La soledad se convirtió en una situación frecuente durante la pandemia de coronavirus y, si bien algunas personas disfrutan de estar solas, para otras es un inconveniente que puede producir altibajos emocionales y atentar gravemente contra la salud.
Durante los meses de aislamiento, varios sufrieron tragedias personales con ingresos hospitalarios e incluso fallecimientos, lo que ocasionó un problema sanitario para muchos.
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Por esa razón, la Escuela de Medicina de Harvard se propuso ofrecer siete pautas sencillas para mejorar la rutina diaria ante una carencia o insuficiencia que puede llevar a depresión, enfermedades y trastornos.
Qué se busca con los consejos para no sufrir la soledad
Los psicólogos apuntan a que los consejos lleguen a todas las personas para tratar de sobrellevar de la mejor manera los momentos de soledad producidos por rupturas de pareja, cambios de residencia obligados o desempleo.
Si bien es cierto que existen numerosas asociaciones que pueden ayudar a afrontar la soledad y profesionales de la psicología que pueden aportar un conocimiento más analítico de las causas, tratamientos y efectos, también hay algunos pequeños pasos que pueden mitigar o eliminar una situación emocional condicionada por las carencias.
Los 7 consejos de Harvard para superar la soledad
- Tratar de conectar con familiares o amigos. Existen varias maneras para comunicarse, ya sea con una llamada de teléfono, con una aplicación para chatear o incluso hablando con los vecinos.
- Concentrarse en lo que se puede cambiar. Pasar mucho tiempo dando vueltas a la situación actual puede aumentar y prolongar la soledad. Es mejor prestar atención a algo que se pueda controlar y trabajar en ese camino.
- Apartar la negatividad. Rodearse de gente que produzca una satisfacción o emplear el tiempo en algo que produzca felicidad. No estaría mal hacer un paréntesis con las noticias o al menos limitar su lectura o visión, y sonreír, porque simplemente el gesto ya hará que nos sintamos mejor.
- Disfrutar cuando se esté ocupado. Ponerse tareas, escribir un rato, encontrar una nueva afición o simplemente dejarse llevar por una nueva actividad son buenas opciones.
- Ser amable, comprensivo y paciente. Si uno trata tanto a los otros como a uno mismo con compasión, se sucederán las interacciones placenteras que también pueden ayudar a los de alrededor y a profundizar las relaciones.
- Seguir una rutina que proporcione equilibrio y que se convierta en familiar. Programar una agenda diaria que incluya actividades físicas, tiempo para relacionarse con quienes más se quiere, un proyecto o un hobby y tiempo para un placer relajante.
- Ser agradecido. La soledad puede llevar a las personas a concentrarse en sí mismas y en sus dificultades. Hay que intentar expresar lo que se aprecia de los amigos, la familia e incluso de extraños.