La cera caliente es uno de los métodos de depilación más eficaces porque el calor abre los poros de la piel y permite que el vello salga con más facilidad desde la raíz, lo que hace que durante algunas semanas no vuelva a crecer. Sin embargo, no es apta para todo tipo de pieles, ya que a algunas personas les duele y, además, les genera manchas oscuras, sarpullidos, irritación e inflamación.
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Andrés Politi (M.N. 73.970), dermatólogo y miembro titular de la Sociedad Argentina de Dermatología (SAD), explicó que “la depilación con cera (caliente) lo que genera es una inflamación de la dermis. Al pelo lo tracciona, pero genera inflamación alrededor del vello extraído, por lo que la piel responde poniéndose colorada, hinchada y más caliente”.
“Hay algunas personas que eso lo padecen más: quienes tienen una composición alérgica (dermatitis atópica) y gente que tiene problemas en los folículos del pelo (foliculitis). En estas personas, es común que la rojez que se presenta por depilación alrededor del pelo, en lugar de ser transitoria, dure un período más largo”, señaló.
En ese sentido, mencionó que hay una complicación que no es solo de la cera, sino de cualquier proceso inflamatorio, que consiste en que lo colorado se transforme en oscuro. “Esto generalmente se da en áreas de pliegues (zonas donde habitualmente hay depilación), pero también es muy común en personas con pieles más oscuras por los altos niveles de pigmentación”, precisó.
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El dermatólogo recomendó minimizar lo más posible la irritación de la depilación (eso varía con cada técnica y habilidad profesional), usar cremas antiinflamatorias e hidratantes posdepilación para reducir la inflamación de la dermis (lo más sencillo es aplicar paños fríos en la zona afectada de la piel), evitar el roce y fricción de la ropa, no exponerse al sol luego de depilarse y, en casos más graves, utilizar alguna crema con bajos niveles de corticoides (prescriptas por dermatólogos) para reducir la inflamación.
Depilación definitiva: una opción menos dañina para la piel
Hace más de veinte años que la depilación definitiva, un método que elimina el vello de raíz por medio de rayos láser, está disponible en la Argentina. Al principio era un servicio costoso, que se comercializaba en paquete (con un mínimo de sesiones que debían pagarse de antemano) y que unas pocas mujeres, algunas derivadas por sus médicos para tratar los pelos encarnados (foliculitis) o el exceso de vello (hirsutismo) se atrevían a probar.
Hoy el método está popularizado, resulta mucho más accesible y también evolucionaron las tecnologías, que se volvieron más precisas y aptas para todos los tipos de vello. Si antes solamente las personas morochas y de piel muy blanca eran candidatas a beneficiarse con la depilación definitiva, hoy la metodología alcanza a las pieles más morenas y a los vellos más rubios. Todos pueden tratarse con este método.
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¿Cómo actúa? El sistema actúa por un proceso llamado fototermólisis selectiva; foto: luz; termo: calor; lisis: destrucción; y selectiva porque sólo interviene si el pelo y el folículo están cargados de un pigmento llamado melanina.
En la primera sesión, los pelos desaparecen instantáneamente y otros son expulsados por los folículos en los días posteriores, mientras que la piel permanece suave y sana. En la segunda, a las dos o cuatro semanas, se va eliminando el vello restante.
La cantidad de sesiones necesarias para cada persona la establecerá el profesional a cargo del tratamiento, según las condiciones de cada paciente, su edad, sexo, zona a depilar, entre otros factores. También se tiene en cuenta que el crecimiento del pelo varía de una persona a otra.