Una mujer de 37 años con diagnóstico de esterilidad primaria dio a luz a su primer bebé mediante un tratamiento de fertilización asistida de alta complejidad realizado en el Hospital Interzonal General de Agudos General José de San Martín de La Plata.
La mujer se había sometido previamente a tres tratamientos de fertilización asistida con resultados negativos; sin embargo, en el último de ellos uno de los dos embriones que se transfirieron logró desarrollarse y dar lugar a un embarazo intrauterino.
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El tratamiento estuvo a cargo de la Unidad de Diagnóstico y Tratamiento de Fertilización Asistida del Servicio de Ginecología del hospital público “General José de San Martín” de La Plata, así como el control del embarazo y la atención del nacimiento del bebé, indicaron desde la cartera de Salud bonaerense.
La criopreservación de embriones
La criopreservación de embriones es el proceso de conservación de un embrión a temperaturas bajo cero, un procedimiento posterior a la fecundación in vitro, mediante el cual se extraen óvulos del ovario de una mujer y se combinan con espermatozoides en el laboratorio para formar embriones.
Los embriones que no se utilizan, se congelan y después se pueden descongelar y colocar en el útero de una persona.
”Esta técnica está basada en la congelación ultrarrápida con la adición de agentes crioprotectores que protegen a las células. Con estos dos factores se consigue evitar la formación de cristales de hielo en el interior de las células, disminuyendo el daño en las estructuras intracelulares”, detalló Mercedes Lasaga, jefa de Servicio de Ginecología del San Martín.
Los embriones permanecen congelados a -196ºC en tanques de nitrógeno líquido hasta que sean utilizados, por tiempo indeterminado.
La evolución de la técnica
Desde el reporte en 1983 del primer embarazo obtenido mediante transferencia de embriones fecundados in vitro y crio-preservados, la biotecnología mejoró los medios crio-protectores, sistemas de almacenamiento y protocolos de congelación, haciendo posible una adecuada sobrevida embrionaria al descongelar y tasas de embarazos semejantes a la transferencia de embriones frescos (no congelados).
El gran cambio se logró hace una década, con el desarrollo de un sistema ultra rápido de vitrificación, que evita la formación de hielo, permitiendo el paso de una fase líquida a una sólida en fracción de segundos, mejorando la estabilidad y el mantenimiento del esqueleto celular.
Estos avances lograron tasas de sobrevida embrionaria al descongelar entre 90 y 97%, cuando los embriones se criopreservan en estado de blastocistos, es decir, al quinto día del desarrollo in vitro.
Actualmente, la vitrificación de blastocistos es aceptada por la Sociedad Americana de Medicina Reproductiva y la Sociedad Europea de Reproducción Humana y Embriología como un tratamiento médico seguro y eficaz.
El contexto legal
La ley de Reproducción Asistida, sancionada por el Congreso en el 2013, fue un enorme avance en materia de ampliación de derechos y abrió la posibilidad de acceder de forma gratuita a las técnicas de asistencia médica para lograr el embarazo. Sin embargo, la norma dejó un importante vacío legal y eso genera miles de judicializaciones que atentan, entre otras cosas, contra la accesibilidad a las prácticas.
La Ley 26.862 establece que toda persona mayor de edad, cualquiera sea su orientación sexual o estado civil, tenga obra social, prepaga o se atienda en el sistema público de salud, puede acceder de forma gratuita a las técnicas y procedimientos para lograr el embarazo. Quedan comprendidas las técnicas de baja y alta complejidad, que incluyan o no la donación de gametos o embriones.
También quedaron contemplados en la cobertura, prevista en esta ley, los servicios de guarda de embriones para el futuro según la mejor tecnología disponible, que es la criopreservación. Pero no hay definición respecto de qué hacer con aquellos embriones guardados que no son implantados.