Lo que hasta ahora se creía imposible se hizo realidad gracias a un equipo de investigadores del Centro del Ojo John A Moran de la Universidad de Utah, Estados Unidos, que logró reactivar las células de la retina de los ojos, encargadas de la detección de la luz, de un hombre fallecido.
Pero ¿por qué es un hallazgo prometedor? Porque, según especificaron los expertos, los tejidos del sistema nervioso central dejan muy pronto de ser viables después de que cesa la circulación sanguínea.
Leé también: La ciencia está cada vez más cerca de curar las cataratas sin cirugía
Haber logrado conservar y restablecer la comunicación entre estas células neuronales asociadas a la vista (llamadas células fotorreceptoras) de donantes fallecidos, podría revolucionar las terapias para enfermedades oftalmológicas.
Fátima Abbas, la autora principal del estudio, explicó en un comunicado: “Pudimos despertar las células fotorreceptoras en la mácula humana, que es la parte de la retina responsable de nuestra visión central y nuestra capacidad de ver detalles finos y colores”.
Por su parte, Santiago Abengoechea, especialista en retina y tratamientos para la degeneración macular del Centro de Oftalmología Barraquer, en España, le expresó a la BBC Mundo: “En los ojos obtenidos hasta cinco horas después de la muerte de un donante de órganos, estas células respondieron a la luz brillante, luces de colores e incluso destellos de luz muy tenues. Este estudio abre un abanico de posibilidades terapéuticas futuras”.
Cómo fue el estudio científico
Los expertos utilizaron retinas, como modelo del sistema nervioso central, recolectadas de humanos y ratones fallecidos. Descubrieron que podían despertar las células fotorreceptoras hasta cinco horas después de la muerte de un donante de órganos.
Uno de los problemas que hallaron durante la investigación fue que las células fotorreceptoras no podían comunicarse con otras células en la retina y descubrieron que la falla se debía a la falta de oxígeno.
Fue así que los investigadores consiguieron ojos de donantes con menos de 20 minutos desde el momento del fallecimiento y diseñaron una unidad de transporte especial que proporcionaba oxígeno y nutrientes a los ojos donados.
Al respecto, Frans Vinberg, otro de los autores del estudio, precisó: “Pudimos hacer que las células de la retina hablaran entre sí de la misma forma que lo hacen en el ojo vivo para mediar en la visión humana”.
Leé más: Ambliopía u “ojo vago”: la primera causa de disminución visual monocular en niños
Y agregó: “Estudios anteriores han restaurado una actividad eléctrica muy limitada en los ojos de donantes de órganos, pero esto nunca se ha logrado en la mácula, (la parte de la retina responsable de nuestra visión central), y nunca en la medida que ahora hemos demostrado”.
“Restaurar la actividad funcional de los fotorreceptores es un hallazgo sin precedentes que puede abrir la puerta a futuros tratamientos. Hasta ahora, uno de los límites era marcado por el camino sin retorno de la falta de respuesta de los fotorreceptores”, le dijo a BBC Mundo el oftalmólogo Abengoechea, del Centro de Oftalmología Barraquer.
Por último, concluyó: “El hecho de haber podido observar esta ‘vuelta a la actividad’ en una parte fundamental de la retina como es la mácula, es clave de cara a poder restaurar la visión en patologías tales como las distrofias o la degeneración macular”.