Los casos de hepatitis infantil aguda no paran de crecer en el mundo. En la Argentina, hay 13 pacientes con síntomas: se clasificaron tres como probables y diez están en estudio. También se descartaron cinco. Hasta el 10 de mayo, se reportaron más de 348 casos probables en 21 países, incluyendo 26 niños y niñas que requirieron trasplante hepático.
Hasta el momento, se desconocía cuáles eran las causas de esta enfermedad, denominada también hepatitis indeterminada, que pone en peligro a los menores de edad. Afortunadamente, dos nuevas investigaciones hallaron los motivos: el adenovirus F41 y el SARS-CoV-2.
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De acuerdo con la primera investigación, del Case Western Reserve University School of Medicine de EE.UU,. y publicada en medRxiv, una infección no reconocida con el covid podría estar generando los casos de hepatitis grave en niños. Para los expertos, los menores con coronavirus tienen un riesgo significativamente mayor de disfunción hepática posterior. El problema, dijeron, es que la mayoría de los niños con hepatitis aguda no informó una infección previa por covid.
En tanto, la segunda investigación, dirigida por científicos del Imperial College de Londres y publicada en The Lancet Gastroenterology & Hepatology, explicó que es posible que los niños afectados, muchos de los cuales son demasiado pequeños para ser vacunados, hayan tenido infecciones leves o asintomáticas de covid que pasaron desapercibidas.
Por tal motivo, los especialistas creen que las partículas persistentes del coronavirus en el tracto gastrointestinal de estos niños podrían estar preparando al sistema inmunitario para reaccionar de forma exagerada al adenovirus-41F con altas cantidades de proteínas inflamatorias que dañan el hígado.
En ese sentido, dijeron: “Sugerimos que los niños con hepatitis aguda sean investigados por la persistencia del SARS-CoV-2 en las heces y por otras señales de que el daño hepático está ocurriendo porque la proteína Spike del coronavirus es un superantígeno que sobresensibiliza el sistema inmunológico”.
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En una nota con The Conversation, Raúl Rivas González, catedrático de Microbiología de la Universidad de Salamanca, explicó que los virus comunes que causan la hepatitis viral aguda (virus de la hepatitis A, B, C, D y E) no se habían detectado en ninguno de los casos positivos, pero sí se habían encontrado adenovirus en al menos 74 pacientes. Además, en 18 casos, el adenovirus identificado fue el F 41, en 20 casos fue el SARS-CoV-2 y en 19, una coinfección por covid y adenovirus.
A su vez, comentó: “La implicación de un adenovirus, concretamente el F 41, como la causa subyacente de la hepatitis aguda es actualmente una hipótesis plausible, pero no explica completamente la gravedad del cuadro clínico”.
Qué son los adenovirus
Los adenovirus son patógenos comunes en humanos y tienen capacidad para causar enfermedades en las vías respiratorias, los ojos, el intestino, el hígado y el tracto urinario. Son virus sin envoltura, icosaédricos y con un genoma de ADN lineal de doble cadena.
Se clasifican en más de cien subtipos, incluidos los serotipos 1–52 y los genotipos 53–103. Los diferentes serotipos están asociados con distintas enfermedades.
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La gastroenteritis por adenovirus 40/41 -caracterizada por fiebre, vómitos y diarrea- puede causar una enfermedad grave y es un motivo frecuente de hospitalización. Los más susceptibles son los niños menores de dos años.
En general, la infección se contrae por el contacto con secreciones de una persona infectada o con un objeto contaminado. También puede ser transmitida por el aire o el agua.
Síntomas de la hepatitis infantil aguda
Margarita Ramonet (M.N. 34.845), pediatra, hepatóloga pediátrica y miembro del Comité Nacional de Hepatología de la Sociedad Argentina de Pediatría, señaló que los principales signos físicos de la enfermedad son: ictericia (coloración amarilla en la piel, las membranas mucosas o los ojos), diarrea, vómitos, dolores abdominales, cólicos y orina oscura.
“El comienzo de la enfermedad va acompañado de síntomas generales como vómitos, dolor abdominal y luego ictericia, (coloración amarilla de piel y mucosa), así como orina oscura. En los casos donde la evolución va hacia una insuficiencia hepática, hay un aumento de las enzimas hepáticas mayor de 500 UI/L, y alteración del coagulograma. En esos casos, es necesaria la derivación a un centro de trasplante para su evaluación y realización”, precisó.
Ramonet explicó además que la mayoría de los casos de hepatitis infantil aguda se registra en menores de 8 años. “Lo más importante es estar atentos a los síntomas y, en caso de presentar alguno, hacer la consulta precoz con el pediatra y luego, con el hepatólogo pediátrico”, alertó.