En la Argentina, se observa una circulación adelantada del virus influenza. Desde diciembre de 2021 a la fecha, se detectó un aumento inusual de casos, principalmente de influenza A H3N2.
Entre enero y febrero de 2022, se registraron en el Sistema Nacional de Vigilancia de la Salud (SNVS2.0) 794 casos de influenza, de los cuales:
- 385 corresponden influenza A H3N2.
- 4 a influenza A H1N1.
Este aumento repentino motivó al ministerio de Salud de la Nación a emitir una alerta epidemiológica el pasado febrero.
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De acuerdo a los datos publicados por las autoridades sanitarias, se detectaron casos en todos los grupos etarios, con mayor número en niños menores de 5 años y en adultos de entre 25 y 34 años, en segundo lugar.
Qué deja la pandemia a favor de la gripe
Desde que arrancó la pandemia por el COVID-19, se aprendieron muchas medidas de prevención y cuidados que se implementaron a nivel mundial, como:
- El uso de equipos de protección personal.
- Medidas de distanciamiento social.
- Restricciones de viaje.
Todo esto contribuyó no solo a la disminución de circulación del SARS-CoV 2 sino que, además, no se registró actividad de influenza, el virus de la gripe.
La aparición de la influenza, cómo también la bronquiolitis y neumonías, se da en colegios, en ámbitos laborales y en reuniones en espacios reducidos, con poca ventilación, y con condiciones de hacinamiento que generan escenarios ideales para la diseminación de las infecciones respiratorias.
Desde la Fundación del Centro de Estudios Infectológicos (FUNCEI), recuerdan cuáles son las principales medidas de prevención:
- Lavado de manos.
- Desinfección de superficies y objetos.
- Ventilación de ambientes.
Cuántos tipos de gripe hay
Existen tres tipos de gripe: A, B y C.
Los virus gripales de tipo A se clasifican en subtipos en función de las diferentes combinaciones de dos proteínas de la superficie del virus (H y N). Entre los muchos subtipos de virus gripales A, en la actualidad están circulando en el ser humano virus de los subtipos A (H1N1) y A (H3N2).
Los virus de la gripe circulan por todo el mundo. Los casos de gripe C son mucho menos frecuentes que los de gripe A o B, y es por ello que en las vacunas contra la gripe estacional solo se incluyen virus de los tipos A y B.
Si bien la gripe puede parecer inofensiva, en personas con enfermedades crónicas puede complicarse, presentar una evolución grave, e incluso ocasionar la muerte. Las epidemias anuales de gripe pueden afectar a todos los grupos de edad, sin embargo, quienes presentan mayor riesgo de sufrir sus complicaciones son los menores de 2 años, los mayores de 65 y las personas con determinadas enfermedades crónicas como afecciones cardíacas, pulmonares, renales, enfermedades oncológicas, diabetes, entre otras.
Qué podemos hacer para protegernos de la gripe
La vacuna antigripal representa la principal herramienta de prevención, incorporada al Calendario Nacional de Vacunación desde 2011. Debe recibirse durante el otoño, antes del comienzo del invierno (etapa de mayor circulación del virus influenza).
El objetivo es reducir las complicaciones, hospitalizaciones, secuelas y mortalidad en los grupos de riesgo. Está disponible en el ámbito público y privado.
La OMS actualiza dos veces al año sus recomendaciones sobre la composición de las vacunas para que cubran los tres tipos (vacunas trivalentes) más representativos de virus en circulación (dos subtipos de virus de gripales A y uno de virus gripales B), de manera que la cobertura de la vacuna supera el 95%.
Las personas que deben vacunarse son:
- Personal de salud, puérperas hasta 10 días posparto (si no recibieron la vacuna durante el embarazo).
- Niños de 6 a 24 meses.
- Personas adultas mayores a partir de los 65 años.
- Personas con enfermedades o condiciones crónicas (como cardíacas, respiratorias, renales, inmunosupresión, cáncer, trasplante, obesidad y diabetes).
Fuera de estos grupos de riesgo, cualquier persona que desee, puede vacunarse.