Cuántas los niños tienen las piernas arqueadas muchos padres se preguntan si es normal o si deben acudir al médico; si se corrige o si permanecerá así. Justamente, en el caso de los más pequeños, los expertos señalan que no hay motivo para preocuparse, pero en caso de que esta posición anómala persista, debe ser seguido con atención y, dependiendo del grado de gravedad, podría requerirse una intervención quirúrgica.
Si no son tratadas, estas posturas incorrectas pueden causar dolor y desgaste prematuro en la edad adulta. “La buena noticia para todos los padres es que las piernas arqueadas, o zambas en muchos casos, son completamente normales y se corrigen por sí mismas”, aseveró el profesor Ralf Stücker, médico jefe de Ortopedia Pediátrica del Hospital Infantil de Altona en Hamburgo, Alemania.
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El especialista explicó: “La mayoría de los bebés o niños pequeños tienen piernas arqueadas, con las rodillas hacia afuera (genu varo), entre los 18 y 24 meses, que se enderezarán en un principio cuando caminan”.
“Luego comienza la edad de las piernas en X (genu valgo). Aproximadamente hasta el sexto u octavo año de vida, la mayoría de los niños tienen rodillas que tienden ir hacia adentro. Si esta mala postura persiste aún después, entonces por lo general no se corregirá por sí sola”, advirtió
Bibiana Dello Russo (M.N. 74.633), especialista en Ortopedia y Traumatología infantil del Hospital Garrahan, señaló: “A partir de los dos años es imprescindible realizarles a los niños un análisis de sangre completo, con hemograma, mediciones de calcio, fósforo, fosfatasa alcalina para determinar si tiene o no raquitismo. En el caso de descartarse eso, los padres pueden quedarse entonces tranquilos de que es algo normal”.
¿Por qué se arquean las piernas de los niños?
Stücker explicó que no está claro por qué esto ocurre: “Las malas posturas pueden tener un condicionamiento genético o ser causadas por enfermedades poco frecuentes”, alertó.
Otro motivo puede ser una fuerte falta de vitamina D. En casos extremos, los huesos se vuelven blandos y se deforman. El sobrepeso, además, puede intensificar las piernas en X.
¿Cómo se diagnostican estos problemas posturales?
Por lo general, no es posible determinar exclusivamente a simple vista el grado al que llegan estas malas posturas. Debido a ello, Stücker dijo que se requiere una imagen de rayos X y se miden las desviaciones del eje. Con esa información, se clasifica la deformidad postural en un grado que va desde leve hasta intermedio o grave.
“Los casos leves no requieren un tratamiento quirúrgico, pero en los casos intermedios y graves, aumenta la probabilidad de desgaste prematuro, por ejemplo, en la articulación de la rodilla. En esos casos se puede llevar a cabo el llamado control de crecimiento”, sostuvo.
Según especificó, pequeñas grapas se encargan de que el hueso no siga creciendo en el lugar adecuado: en el caso de las piernas en X (genu valgo), “las grapas se fijan al cartílago de crecimiento en la parte interna del fémur o de la tibia. En el caso de las piernas arqueadas con las rodillas hacia afuera (genu varo), se colocan en los lados externos”.
“Estas grapas ejercen presión sobre una parte de los cartílagos de crecimiento y evitan así temporalmente el crecimiento en estos sectores. Cuando la pierna vuelve a estar derecha, se las retira, detalló.
El médico precisó que este control del crecimiento implica una intervención menor: “Los niños no pueden practicar deportes durante tres a cuatro semanas. Tanto cuando se colocan las grapas como cuando se retiran, se requieren unos pocos días de internación en el hospital. Por lo general, pueden volver a levantarse el mismo día de la intervención”.
Al igual que ante cualquier operación, pueden producirse complicaciones o inconvenientes en la cicatrización de las heridas o por la anestesia. “Daños en los cartílagos de crecimiento son muy infrecuentes y no ocurren prácticamente nunca, si se lo hace correctamente”, aclaró.
Lo importante, especificó, es que la operación se efectúe en el momento adecuado. En caso de que se lleve a cabo de manera prematura, puede suceder que la mala postura regrese cuando el niño siga creciendo. Y si un paciente creció demasiado, entonces ya no se puede corregir a través del cartílago de crecimiento.
Si bien el hueso todavía puede ser rectificado, la intervención es diferente. El caso se torna notablemente más complejo e implica que el paciente deba utilizar muletas durante seis a ocho semanas.
¿Cuánto influye la fisioterapia?
El traumatólogo explicó que casi siempre en este tipo de malas posturas se hace necesaria la intervención de la fisioterapia. “Esto se debe a que las denominadas desviaciones axiales no solamente afectan a las rodillas, sino también a los pies y las caderas. Por eso, frecuentemente se produce un desequilibrio muscular”, dijo.
“Las articulaciones son inestables y la estática general se encuentra alterada”, afirmó en DPA Frauke Mecher, fisioterapeuta especializada en niños. Este tipo de situación puede llevar a inseguridades motrices y otras peculiaridades, aunque generalmente los menores no padecen dolores.
Sin embargo, apuntó Mechner, les resulta difícil pararse en una pierna, porque la rodilla no está en línea con el pie. Al doblar la rodilla, según el tipo de problema postural, esta se desplaza hacia el interior o hacia afuera. A algunos niños con piernas en X les resulta difícil practicar disciplinas deportivas como patinaje en línea o esquí.
En caso de un desequilibrio muscular, los fisioterapeutas podrán intentar fortalecer la musculatura en las zonas correctas con ejercicios específicos. Y también se entrena la percepción corporal: “Muchos niños, por ejemplo, no perciben cómo están sus pies en relación con sus rodillas, algo que pueden aprender en la fisioterapia”, concluyó.