El pasado martes los médicos del Sanatorio Otamendi comunicaron que Santiago ‘Chano’ Moreno Charpentier ya no precisaba el respirador para mantenerse con vida. Al músico, quien se encuentra internado en el centro de salud desde el lunes, debieron extirparle un riñón, el bazo y parte del páncreas, producto de la herida de bala que recibió en la zona abdominal.
“La extirpación del riñón no sería un gran problema. Hay personas que nacen con uno solo y otras que se lo sacan por un accidente o para donarlo. Al haber otro, si funciona bien, no tendría que haber inconvenientes”, explicó Ariel Lestón Taburet (M.N. 106.107), médico nefrólogo del Hospital Nacional Posadas.
Uno de los interrogantes que surge -a partir de este tipo de casos- es el permite comprender cómo una persona puede continuar su vida con un solo riñón: “Tenemos dos porque son necesarios, pero se puede vivir con uno, aunque con menos función renal”, manifestó a Con Bienestar el doctor Eduardo Tanus, médico nefrólogo (M.N. 39.231).
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La clave está en que, en circunstancias normales, los riñones no trabajan a un 100% y tienen como un remanente, un “margen de mejora” que se pone en marcha ante un exceso.
Sobre la extirpación del bazo (esplenectomía), ambos profesionales coincidieron en que aumenta el riesgo de que el paciente contraiga infecciones. El bazo es una pequeña víscera ubicada en el abdomen y su función principal es servir de defensa. “Hay que tener cuidados en el sentido inmunológico y debe recibir vacunas”, indicó el endocrinólogo Eduardo Faure (M.N. 82.572).
El bazo ayuda a mantener una cantidad suficiente de flujo sanguíneo. También limpia la sangre de sustancias innecesarias y destruye los glóbulos rojos envejecidos o anómalos. Al tratarse de una víscera sin protección ósea la pueden afectar los golpes fuertes y a partir de ello rasgarse, sin necesidad de que se produzca una herida en la piel. En esta situación se realiza la extirpación para evitar una grave hemorragia intraabdominal.
Consecuencias tras la extirpación parcial o total del páncreas
El páncreas presenta varias funciones, entre las que se encuentran la del control de los niveles de azúcar en sangre (función endocrina) y la digestiva (función exocrina).
Faure remarcó que la evolución del paciente depende de la parte que hubo que extirpar. Si es muy poco, no hay ninguna indicación especial; en cambio si fue gran parte del órgano, puede haber algún riesgo de generar diabetes.
“Si claudica el páncreas o se le saca el páncreas entra en diabetes y por otro lado entra en deficiencia enzimática. Es decir, en el páncreas se segregan enzimas que van al tubo digestivo y son las responsables de desdoblar los alimentos. Si esto se ve afectado, hay que suplementarlo”, detalló el especialista.
En ambos casos de insuficiencia pancreática, el tratamiento debe llevarse a cabo por médicos especialistas como gastroenterólogos y endocrinólogos, respectivamente. El objetivo es reducir al máximo las consecuencias del déficit de función pancreática, que puede presentar consecuencias especialmente a largo plazo.
Infección de heridas
“En este caso se trató de un impacto fuerte que afectó a todo el organismo. Lo primero que hay que evitar es la infección de cualquier lecho quirúrgico”, advirtió Tanus.
Las balas y los fragmentos no son estériles. Por lo tanto, desde el momento mismo de la descarga y en el sitio de entrada, la bacteria es llevada por el proyectil, dejando un trayecto contaminado por sí mismo. De más está aclarar que resultar herido por un arma de fuego es traumático. Se puede entrar en shock, sentir temor por la seguridad, depresión o ira como consecuencia de esta situación. Estos son sentimientos completamente normales para alguien que pasó por un episodio de estas características.
