Era una noticia esperada. La Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos anunció que aprobó el medicamento aducanumab de Biogen, que afirma ralentizar la progresión de la enfermedad de alzhéimer.
El medicamento demostró la capacidad de eliminar eficazmente las placas beta amiloideas dañinas (conocidas como A-beta para abreviar) del cerebro. Pero el debate continúa en la comunidad científica: ¿Es suficiente para detener el deterioro de la memoria? Otro dilema es que los pacientes tendrían que tomar el medicamento mucho antes de que muestren los primeros síntomas de la demencia.
La compañía farmacéutica Biogen y su socio japonés Eisai desarrollaron aducanumab, administrado a través de infusión intravenosa para tratar la enfermedad de alzhéimer temprana. El medicamento fue desarrollado para pacientes con deterioro cognitivo leve, no demencia grave.
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En marzo de 2019, Biogen tuvo que suspender sus dos ensayos después de que un comité independiente señalara que el medicamento no iba a ser efectivo. Pero en octubre de 2020, la compañía aseguró que un nuevo análisis de un conjunto de datos de ensayos más grande mostró que el medicamento funcionaba cuando se administraba en una dosis más alta.
Biogen calcula que alrededor de 1,5 millones de estadounidenses serían candidatos para el tratamiento con aducanumab, que se administra por infusión mensual, lo que plantea preocupaciones sobre los costos para el sistema de salud.
La aparición del alzhéimer
Más del 90 por ciento de los casos son esporádicos: corresponden a adultos mayores de 65 años que no presentan antecedentes familiares. Sin embargo, existe una pequeña proporción de casos que demuestra un claro patrón hereditario y en los que la patología se manifiesta a edades más tempranas, por lo general entre los 30 y 50 años.
Según la Organización Mundial de la Salud, en la actualidad habría 50 millones de pacientes con alzhéimer y, de no haber cura, para 2040, la cifra estaría cerca de los 100 millones.
Cuarentena, COVID-19 y alzhéimer
La baja en las visitas o consultas médicas ya no es una novedad. En cada ámbito de la salud, se registraron cifras muy bajas y esta patología no es la excepción.
“Están consultando menos porque la población con alzhéimer es justamente una población de mayor edad. Si bien el aislamiento y el distanciamiento social generaron que los pacientes estuvieran cuidados del virus, también se dio menor asistencia a los controles”, explica a Con Bienestar el médico especialista en neurología Ricardo Allegri (M.N. 63.536).
La enfermedad se caracteriza por alterar la memoria episódica, la autobiográfica, es decir, la que posee los recuerdos de la historia personal de cada individuo. Diferente es la memoria semántica, que es la que se encuentra más asentada. Por ejemplo, uno sabe que la capital de Francia es París, pero no recuerda cómo ni dónde lo aprendió.
Habitualmente, luego de alterarse la memoria episódica, también lo hace la de corto plazo, para después sumarse alguna otra área como la atención o el lenguaje, dependiendo del estadio evolutivo en el que se encuentre el paciente.