Cerca de seis meses transcurren desde que una persona empieza a tener síntomas hasta que recibe el diagnóstico de cáncer, afirma un estudio realizado por una consultora privada. Es un tiempo de oro, dado que la detección temprana de la enfermedad es fundamental para mejorar la eficacia del tratamiento.
Según el trabajo, sólo 12 de cada 100 pacientes se enteran de su enfermedad antes de que comience a manifestarse clínicamente, lo que demuestra la necesidad de profundizar los programas de tamizaje poblacional para la detección precoz de los tumores, lo cual se asocia a mayores probabilidades de supervivencia.
Son conclusiones de un estudio realizado por la consultora IPSOS Healthcare Cono Sur para All.Can Argentina, capítulo local de una iniciativa global que nuclea a sectores de la salud para el abordaje del cáncer.
“Necesitamos escuchar un poco más a los pacientes para identificar todas las oportunidades de mejora en el proceso que abarca desde antes de la detección del cáncer hasta su abordaje”, enfatizó Andrey Mendez Fandiño, director de IPSOS Healthcare Cono Sur, y lider del estudio en la Argentina.
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Para el estudio cuantitativo, cuyo objetivo fue explorar y medir las experiencias de los pacientes y jerarquizar las ineficiencias del proceso, fueron entrevistados 400 hombres y mujeres mayores de 18 años, residentes en el AMBA, con diagnóstico de cáncer de pulmón, colorrectal, hematológico, de próstata, de mama o ginecológico, entre otros tumores.
El 54 por ciento tenía entre 45 y 65 años. Y 6 de cada 10 estaban recibiendo tratamiento en el momento de la encuesta. Los resultados revelan distintas barreras e inequidades para una detección precoz y tratamiento oportuno, con el menor impacto emocional y financiero posible.
“Es importante que las campañas y los programas de salud pública no estén destinados solo a las personas, sino también a los médicos. Que los profesionales de atención primaria conozcan las estrategias de tamizaje, que sepan sospechar, que sepan los recursos disponibles (para el diagnóstico) y que sepan el circuito de derivación”, señaló la doctora Julia Ismael (M.N. 94.807), oncóloga de la Asociación Argentina de Oncología Clínica (AAOC), y miembro del Comité Ejecutivo de All.Can en Argentina.
El trabajo también revela que los programas de tamizaje o detección precoz sólo identifican el 12% del total de los cánceres que se diagnostican. La cifra crece al 30% para cáncer de próstata (aun cuando la efectividad del control periódico después de los 50 años está discutida), pero es inferior al 10% en el caso del cáncer colorrectal, donde 9 de cada 10 pacientes acudió al médico cuando ya empezó a experimentar síntomas.
“Los programas existen, pero es necesario facilitar su acceso. También subsisten mitos que conviene erradicar. El procedimiento primario para la detección precoz de cáncer colorrectal que se recomienda es la prueba de sangre oculta en materia fecal, entre los 50 y 74 años, que es anual, no tiene ninguna incomodidad y se provee de forma gratuita”, señala la doctora Ismael.
“De cada 100 personas, a 85 les va a dar negativo. Y la videocolonoscopía se reserva sólo para los 15 pacientes a quienes ese test inicial les da positivo. Esa es la estrategia más costo-efectiva”, explicó la especialista.
Otras dimensiones exploradas arrojan datos más satisfactorios. Siete de cada diez pacientes declaran haber tenido mucha o bastante participación en las decisiones de tratamiento, y una proporción similar considera que la información recibida para ese fin fue adecuada. El 90%, en tanto, asegura haber comprendido la mayor parte o la totalidad de esa información.
“Muchas veces, el paciente prefiere no tomar decisiones o elige no enterarse, pero el profesional tiene que asegurarse de que esa sea su elección. No hay que ser cruel verbalizando un pronóstico si el paciente prefiere ignorarlo, deben respetarse los derechos de los pacientes tanto a la información como a no recibirla en determinados momentos de la enfermedad.”, señaló Ismael.