Detenete un segundo a pensar esto: las calles que transitás, los edificios a los que accedés, la escuela que fuiste, la universidad, el lugar de comidas o tu local de ropa preferido… Esos espacios, ¿tienen rampa?
Quizás nunca lo habías pensado, pero todos esos lugares que no la tienen se están olvidando de una gran parte de la población con discapacidad motriz, movilidad reducida y/o usuarios de sillas de ruedas. Dejan de lado sus derechos. Y lo que para vos es algo tan fácil como levantar la pierna para subir un escalón, para ellos es todo un rally evitable.
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Acá es donde entra el gran trabajo de Acceso Ya una Organización No Gubernamental (ONG) que se dedica a investigar y denunciar las barreras arquitectónicas de la ciudad, promoviendo así la plena integración de estas personas, entendiendo el problema de la accesibilidad.
Están convencidos que el acceso a los espacios físicos es el punto de partida para ejercer derechos y libertades en igualdad de condiciones, vivir de manera independiente y alcanzar el desarrollo pleno de la personalidad.
Para una persona con movilidad reducida, moverse por la ciudad es un verdadero rally, pero no uno de disfrute, sino todo lo contrario. Si no es la falta de rampas, es el auto que, sin ningún tipo de empatía, tapa esa rampa. Así, se vuelve toda una odisea para ellos tan solo llegar de un punto A, al punto B.
Desde Acceso Ya buscan que, desde temprano, cientos de personas sin discapacidad motriz tengan la posibilidad de acomodar su cuerpo a una silla de ruedas y enfrentar el desafío. Para entender la problemática desde adentro, para visibilizarla.
