Jeremy Payton trabaja en una fábrica dedicada de equipos industriales. Sufrió un accidente con una máquina y perdió los dedos de la mano derecha.
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El hombre, que era fanático del golf, debió abandonar muchas actividades luego de que los médicos le confirmaron que no sería posible recuperar los dedos.
Tiempo después, Payton se enteró de la posibilidad de una operación para reemplazar algunos los dedos de la mano por los dedos de los pies. El cirujano Mark Pickford, encargado de la cirugía, explicó que este tipo de intervención por lo general es para chicos nacidos con esta malformación.
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En el transcurso de varias cirugías, los médicos trasplantaron varios dedos medios a su mano y un dedo gordo para usarlos como pulgar.
Una de las cosas que más lamentaba Payton era que no podía ayudar en el cuidado de sus hijos. Tenía gemelos recién nacidos y si bien fue “un padre presente”, según declaró, le hubiese gustado poder “hacer más”. Luego de unos meses de aprendizaje, logró jugar con sus chicos, cortar y pelar vegetales, hacer trabajos manuales en su casa y hasta volver a jugar al golf.
"Hay que saber apreciar la vida como algo precioso y único", concluyó.