Cuando nos enfermamos, el sistema inmunológico lucha contra los organismos externos que provocan las enfermedades. Las defensas arrancan su actividad y comienzan a segregar anticuerpos específicos para combatir y eliminar las bacterias, parásitos o virus que provocan el malestar.
Tras la comprensión de este proceso, es que se pudo avanzar con las vacunas. Los anticuerpos añadidos al cuerpo humano lo que buscan es neutralizar todo elemento externo que sea nocivo para la salud.
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La selección de estos anticuerpos terapéuticos por vía oral para llevar a los intestinos sigue siendo un desafío. Es que no pueden sobrevivir a la digestión y alcanzar, por lo tanto, los tejidos gastrointestinales.
Esto parece haber cambiado: científicos desarrollaron una nueva tecnología de anticuerpos producidos con levadura en un proceso tan sencillo como la fabricación de alimentos. Este trabajo fue publicado en la revista Nature Biotechnology.
Por qué es importante este avance: el problema de la ingesta oral
La tecnología de anticuerpos puede tener usos potenciales en diversas áreas: combatir las infecciones intestinales y veterinarias, el tratamiento de trastornos inflamatorios y metabólicos o el desarrollo de complementos alimenticios. Los anticuerpos terapéuticos convencionales se inyectan en el torrente sanguíneo para el tratamiento o la prevención de una multitud de patologías, incluidas las enfermedades infecciosas, el cáncer y la inflamación. Aunque son ampliamente aplicables, estas terapias basadas en anticuerpos no están diseñadas para la ingestión oral para objetivos en el intestino.
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La investigación de Vikram Virdi, postdoctorado en el laboratorio de Nico Callewaert, hace posible consumirlos como pastillas o polvo y que logre tener efecto en el intestino. Los científicos diseñaron un formato de anticuerpos que es simple pero lo suficientemente robusto. Además, el equipo desarrolló un proceso de fabricación que utiliza semillas de soja o células de levadura para producirlos.
Al utilizar la tecnología de procesamiento de alimentos existente, los investigadores podrían eliminar la necesidad de costosos procesos de purificación. El resultado es un polvo fácil de fabricar con anticuerpos que se pueden agregar a los alimentos e ingerir por vía oral, sin necesidad de encapsulación, según los autores.