Investigadores de Uruguay, Francia y Estados Unidos descubrieron que existe un mecanismo inmune que parece estar directamente vinculado con el avance de la esclerosis lateral amiotrófica (ELA), un hallazgo que puede abrir la vía a “esperanzadores” tratamientos.
La ELA es una enfermedad degenerativa progresiva que afecta las neuronas que controlan los movimientos musculares voluntarios, produciendo paulatinamente la parálisis motora del paciente.
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Los científicos encontraron células inmunes que invaden de manera anormal los músculos de las personas con ELA e interactúan “con las conexiones entre las neuronas motoras y las fibras musculares”.
¿El origen de la “denervación" y la parálisis?
En esta “invasión” puede estar el origen de un proceso de inflamación crónica "que podría explicar la falla de las fibras nerviosas motoras que controlan correctamente el músculo", explicó Luis Barbeito, investigador principal en el Instituto Pasteur de Montevideo y quien trabajó sobre la ELA durante más de 20 años.
En la investigación participaron, además del Pasteur, la Universidad de Alabama en Birmingham, la Universidad Estatal de Oregon y el Instituto Imagine de París.
"Encontramos evidencias de que ciertas células inflamatorias del sistema inmune atacan esas uniones entre las neuronas y los músculos acelerando la denervación y la parálisis", dijo Emiliano Trías, investigador posdoctoral del Pasteur y autor del trabajo publicado en Journal of Clinical Investigation Insight.
Estas células, identificadas por primera vez, "podrían ser blanco de fármacos que busquen inhibir o bloquear su actividad nociva sobre los músculos y los nervios" de los pacientes con ELA, una enfermedad que no tiene cura en la actualidad, sostuvo Trías.
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Investigación adicional: masitinib
En ensayos en animales con ELA, los investigadores hallaron otro dato clave: la cantidad de estas células inmunes, llamadas “mastocitos y neutrófilos”, aumenta bruscamente después de que se inicia la parálisis. "Utilizando fármacos como el masitinib y bloqueando específicamente estas células, podríamos proteger las conexiones que aún funcionan de manera correcta en las primeras etapas de la ELA y de esta manera enlentecer el avance de la misma", sostuvo Trías.
El masitinib es un fármaco en desarrollo que se probó clínicamente en oncología, y además se ha comenzado a probar en pacientes con ELA. El tratamiento en los animales disminuyó los mastocitos y “previno la degeneración progresiva de los nervios motores y la denervación muscular”, explicaron los investigadores, al agregar que son “promisorios los resultados para aportar nuevos enfoques terapéuticos para enlentecer el avance de la pérdida de movilidad”. Son necesarios, no obstante, “más ensayos clínicos en pacientes con ELA”, concluyeron.