No es ningún secreto que el deseo sexual no es constante y que hay épocas en las que la libido está más alta mientras que en otras disminuye drásticamente. Hay muchos factores que afectan a las ganas de tener relaciones íntimas, uno de ellos es la época del año en la que nos encontramos.
En ese sentido, cuando llega el frío es una época en que las ganas de tener sexo suelen disminuir de forma considerable. Las altas temperaturas hacen que estemos más activos en cualquier sentido, mientras que el invierno incita a la tranquilidad y a la calma, también entre las sábanas. Así lo corroboran expertos y sondeos y estudios.
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"La vida son ciclos, y el deseo sexual también lo es. En invierno hace más frío y hay menos horas de luz, algo que afecta a nuestro estado de ánimo, a nuestra vida en general y por tanto, también al deseo sexual", analizó la psicóloga y sexóloga Nayara Malnero en diálogo con Fcinco.
La explicación a este fenómeno también se la debemos a las hormonas. Los niveles de serotonina, un neurotransmisor que regula el estado de ánimo, son menores en otoño e invierno. Diversos estudios apuntan a que el aumento de la segregación de esta hormona se produce a causa de la luminosidad de la luz solar, por lo que en los meses de menos horas de sol disminuye su producción.
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Por otro lado, al ponerse oscuro más temprano el cerebro empieza a producir antes la melatonina, la hormona que regula el reloj biológico de nuestro cuerpo e inhibe el deseo sexual.
Esto sumado al hecho que durante el invierno se incrementa la proliferación de virus y uno acostumbra a caer enfermo más seguido, hacen un cóctel que mata el deseo sexual sin que nos demos cuenta.
