La causa más frecuente de la bronquiolitis es el virus sincicial respiratorio (VSR). Más de la mitad de los bebés están expuestos a este virus en su primer año de vida. Otros virus que pueden causar la bronquiolitis pueden ser: adenovirus, influenza y parainfluenza.
Los principales síntomas son tos, mucosidad nasal, respiración agitada, piel azulada o muy pálida y temperatura mayor a 38 grados. Es una enfermedad que puede afectar hasta al 70 por ciento de los bebés menores de dos años.
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Para profundizar sobre los principales aspectos en materia de síntomas, grupos de riesgo, prevención y tratamiento, CONBIENESTAR entrevistó a la médica infectóloga Angela Gentile (M.N 49908), Jefa del Departamento de Epidemiología del Hospital de Niños Ricardo Gutiérrez.
“La bronquiolitis es una entidad muy habitual en pediatría, especialmente en los primeros años de vida y sobre todo en el primer año en el cual hay una obstrucción del bronquiolo. Empiezan a aumentar las secreciones y se produce una infección. Y es fundamentalmente de origen viral. La causa es el virus sincicial respiratorio, que es un virus muy conocido para nosotros los pediatras porque todos los años alrededor de abril o mayo y hasta aproximadamente septiembre. Pero la parte más aguda es mayo, junio y julio porque hay más casos. Este año se caracteriza porque tenemos más casos de VSR y aún no circuló influenza prácticamente. Mientras que en 2017 hubo más influenza”, describió Gentile.
Sintomas
La experto explicó: “Como se obstruye el bronquiolo, el chico va a tener dificultad para poder respirar, entonces se agita, puede haber tos, y fiebre. Pero fundamentalmente la respiración agitada es el que marca la situación, lo que provoca dificultad para comer y para dormir. Y las secreciones obturan, tapan el bronquiolo. No circula libremente el aire. Y esto implica que en ocasiones sea necesario internar a un bebé para darle otras medidas de soporte para que pueda estar bien”.
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Prevención
Respecto de cómo se le puede poner un frena, la especialista recordó que la inexistencia de una vacuna, pero subrayó cómo podemos ayudar en la prevención. “Primero lo general: la alimentación materna, las vacunas al día, tratar de no estar en contacto con fumadores o en lugares cerrados. Todas las medidas de barrera. Hay que recordar que los virus permanecen en las superficies de seis a ocho horas, y se contagia con las manos fundamentalmente. Los chicos tocan los juguetes con las manos, se las llevan a la boca y el contacto es clave para la transmisión. Todo lo que favorezca el lavado de manos es también un punto importante”.
“Pero también nos preocupa los chicos de más riesgo. Los chicos son afectados, pero sobre todo también los prematuros y los chicos con cardiopatías u otras enfermedad de base, que son los que tienen más riesgos de complicaciones u hospitalización. No tenemos vacuna, pero sí tenemos anticuerpos monoclonales. Anticuerpos pasivos, una droga que la usamos -provista gratuitamente por el Ministerio de Salud- que hace que los chicos de más riesgos reciban estos anticuerpos una vez por mes y puedan estar protegidos”, agregó.
Tratamiento
Gentile exhortó a los padres a no automedicar a sus hijos. “Si hay un chico con dificultad para respirar, con tos, con fiebre, con muchas secreciones, lo primero es consultar. Nunca automedicarse. Sobre todo con lactantes, hay que consultar al pediatra, al centro de salud, donde le resulta más fácil”, concluyó.