¿Cómo hacer cuando las tareas se acumulan y sentimos que cada vez tenemos menos tiempo? Quizás nos agobie el solo hecho de ver nuestra lista de pendientes y nos parezca que jamás encontraremos la concentración para poder tachar todo lo que tenemos por delante. Sin embargo, existen técnicas para manejar el tiempo que nos permitirán llegar airosos al final del día.
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Trabajo, recreo, trabajo
La clave está en focalizarnos en una tarea durante un tiempo determinado y luego tener un breve intervalo de descanso, para despejar la mente. Aquí va un ejemplo para ponerlo en práctica.
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1- Elijamos una tarea que requiera atención. Coloquemos un temporizador en 25 minutos. Durante ese período nos dedicaremos exclusivamente a eso, hasta que una alarma nos avise que finalizó el primer tiempo.
2- Al escuchar el sonido, interrumpimos la actividad para tomar un breve descanso. ¿De cuánto tiempo? Lo que nos lleve hacernos una taza de café, meditar, dar una vuelta manzana o cualquier cosa que no esté relacionada con el trabajo. Al finalizar, volvemos a ocuparnos del asunto por otros 25 minutos.
3- Luego de cuatro intervalos de trabajo podemos tomarnos un rato más largo para descansar (unos 20 o 30 minutos).
¿Y si no puedo concentrarme?
Claro, suena maravillosa esta técnica, ¿no? Sin embargo, los que están acostumbrados a que su cerebro haga muchas cosas a la vez, ¿qué pueden hacer? También hay opciones para esto:
- colocar una hoja de papel durante los 25 minutos de cada período de trabajo para anotar cualquier cosa que venga a sus mentes y no esté relacionada;
- activar el modo avión en el celular o desactivar las notificaciones para evitar interrupciones;
- escuchar música, utilizar auriculares o silenciar todo alrededor, de acuerdo a lo que le funcione a cada persona para concentrarse.
¿Cómo puedo medir el tiempo?
Con cualquier temporizador que descuente tiempo: necesitamos colocarlo en 25 minutos (o el intervalo que funcione mejor con nosotros) y que realice la cuenta regresiva hasta avisarnos cuando llegue a cero. Podemos recurrir a los relojes de cocina, que tienen una pequeña campanita suena al agotarse el tiempo. Si somos más clásicos, también podemos dar vuelta un reloj de arena. Otra posibilidad es utilizar el celular: existen diversas aplicaciones para administrar el tiempo.
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En Android, por ejemplo, hay apps como “Productivity challenge timer” o “Brain focus productivity timer”. Ambas permiten establecer un tiempo determinado de trabajo y brindan estadísticas sobre la cantidad de horas dedicadas. La segunda está disponible en varios idiomas, mientras que la primera solo está en inglés. Asimismo, con la segunda puede deshabilitarse la conexión Wi-fi y el sonido. La primera, sin embargo, está creada como un juego, con desafíos para desbloquear.
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Apple, por su parte, cuenta con Tomates, una app española para medir intervalos de tiempo. También proporciona estadísticas y puede integrarse con otras aplicaciones para medir cuáles nos “roban” minutos. Otra opción es Tide, que proporciona temas con colores y música distintos, para elegir el que nos haga sentir más cómodos. Se puede ajustar la duración de los períodos de trabajo y colocar recordatorios.
¿Qué lograremos con este método?
Existen muchas variables en esta forma de concentración, y cada persona puede adaptarla a lo que le resulte más útil. Se puede aumentar o disminuir el intervalo de trabajo, o su cantidad hasta llegar a un recreo más largo.
Pero lo que lograremos, en última instancia, será focalizar nuestra atención en una tarea y poder optimizar el uso del tiempo, lo que nos hará más productivos.