Los smartphones cambiaron la forma en la que nos distraemos en nuestro tiempo libre y nos relacionamos con los demás. Se trata de unos aparatos que tanto pueden usarse para la vida social, como la laboral o la lúdica. No es de extrañar que de a poco se le vayan encontrando nuevas formas de sacarles el máximo provecho.
Una de las posibilidades más innovadoras y esperanzadoras que presentan los celulares es facilitar a la gente mayor el seguir viviendo en sus casas gracias a diferentes sistemas de sensores que alertan a sus familiares o cuidadores en caso de algún inconveniente o anomalía.
Así se pudo comprobar en el Mobile World Congress (MWC), la mayor feria de esta industria que finaliza hoy jueves en la ciudad de Barcelona, en la que se dejaron ver varios proyectos interesantes.
El sector de la tecnología para cuidar a ancianos es un mercado que está creciendo, especialmente por el aumento de la esperanza de vida que se registra en la actualidad. La población mayor se sitúa en 962 millones de personas, según estimaciones de las Naciones Unidas, cifra que va a aumentar hasta los 3.100 en el año 2100.
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La tecnología como aliada en la vejez
Uno de los mecanismos para cuidar de la gente mayor es el proyecto que lleva adelante la empresa londinense Voltaware. Se basa en un sensor que se instala en la caja de fusibles del hogar que transmite datos de consumo eléctrico a través del wifi a un servidor virtual que los analiza.
Y es que el consumo de luz puede indicar muchas cosas. Por ejemplo, si pasado un horario en el que la persona habitualmente ya está levantada no hay registro de que se haya encendido ningún aparato eléctrico, como la cafetera, el sistema detecta esa falta de actividad y avisa al cuidador o familiar a través de un mensaje de texto. Por el momento, este servicio se ofrece en periodo de prueba por dos compañías eléctricas en el Reino Unido y otra en Italia.
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Otro desarrollo de la compañía israelí especializada en imagen 3D, Vayyar, utiliza las ondas de radio para detectar en qué habitación se encuentra la persona. El sistema requiere un único sensor que se ubica en el centro de la vivienda.
El mismo permite identificar si la persona está sentada, parada, tumbada e incluso si respira. Si se cae o deja de respirar, se envía una alerta a la persona que se haya configurado. La privacidad del residente no se ve afectada dado que la monitorización se lleva a cabo mediante sensores que no graban imágenes.
Por su parte, la empresa canadiense Aerial patentó un sistema que analiza el comportamiento humano en una casa siguiendo las perturbaciones en la señal del wifi cuando una persona se mueve. La información está disponible en una aplicación, que permite a los familiares controlar los movimientos de su pariente, como por ejemplo si se levantó.
La compañía trabaja en una versión más avanzada que advertirá cuando la persona está en riesgo de caerse al detectar cambios bruscos en la velocidad de su marcha. "Hay un fuerte deseo de que los mayores vivan en casa tanto tiempo como puedan. Cualquier tipo de independencia que puedan mantener es genial", valoró el director de proyectos de Aerial, Jon Druker.
