Cuando nos hacemos un chequeo de rutina con un médico, es normal que nos envíe a realizar un análisis de sangre típico, con el fin de saber si tenemos el colesterol alto o sufrimos algún otro problema.
Durante el test, los especialistas observan si los valores que tienen los componentes de nuestra sangre, como los glóbulos rojos o blancos, son normales, como también el nivel de glucosa en la misma.
La globulina, es una de las proteínas más importantes, ya que tiene una relación directa con el sistema inmune. Existen cuatro tipos: gamma globulinas, globulinas beta, alfa-2 globulinas y alfa-1 globulinas.
Qué indican
Si esta proteína se encuentra en un nivel bajo, puede indicar que tengamos una posible enfermedad celíaca, mala absorción de proteínas, mal funcionamiento del hígado o una enfermedad intestinal. En algunos casos la anemia aguda contribuye a tener bajos esos niveles.
Por otra parte, si su nivel se encuentra por encima de lo recomendado, pueden indicar enfermedades graves como tuberculosis, sífilis o algunos trastornos en la médula ósea, como una leucemia.
La alimentación es clave para mantener las globulinas en un conteo aceptable. Huevos, leche, granos y pescado son los alimentos recomendados para que el organismo sea provisto con esta proteína.
