El moco es una sustancia gelatinosa producida por las membranas mucosas de las vías respiratoria, digestiva y urogenital, compuesta por agua, mucinas, anticuerpos, enzimas y sales. Su función principal es cuidar los tejidos, atrapar polvo o alérgenos y ayudar al sistema inmunitario. La flema es un tipo de moco más espeso, generado en pulmones y vías respiratorias inferiores, especialmente al estar enfermo.
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“La flema es un término más preciso para referirse a la congestión de la garganta o el pecho”, explicó la Dra. Heather Viola, médica internista del Sistema de Salud Mount Sinai, EE.UU.
Por qué se acumula moco con resfrío
Durante un resfrío, gripe o infección sinusal, el organismo multiplica la producción de moco para atrapar patógenos, mantener humedecidos los tejidos inflamados y reforzar la defensa inmunológica. Esto puede provocar:
- Goteo retronasal
- Acumulación en pecho o garganta
- Tos y carraspeo
El doctor Jonathan Parsons, neumólogo del Centro Médico Wexner–Universidad de Ohio, explicó: “Este exceso de moco puede gotear por la parte posterior de la garganta … o acumularse en el pecho, provocando tos o carraspeo”.

Además, alérgenos, irritantes ambientales (humo, polvo, aire seco), ciertos medicamentos, alimentos como lácteos, reflujo estomacal y la deshidratación también aumentan la secreción mucosa.
Qué hacer con los mocos
Tanto escupir como tragar la mucosidad no representa un riesgo para la salud, ya que el ácido estomacal descompone el moco y sus patógenos. Sin embargo, hay diferencias importantes en comodidad y percepción personal:
Escupir:
- Es preferible si la flema está espesa, contiene muchas bacterias o provoca arcadas.
- Más eficaz para aliviar la sensación inmediata de molestia en garganta.
Tragar:
- El tubo digestivo procesa el moco sin problemas.
- Es menos incómodo socialmente.
“Por lo general, no hay una diferencia significativa entre escupir o tragar flema”, afirma Tossounian. Parsons coincide: “Tragar es inofensivo, ya que el ácido estomacal neutraliza cualquier patógeno”.
Cómo aliviar el exceso de moco
Para combatir el exceso de mucosidad, lo más efectivo es combinar varias estrategias:
- Hidratación constante: tomar agua o líquidos tibios diluye el moco.
- Humedecer el ambiente: usando humidificador o duchas calientes.
- Enjuagues nasales: con solución salina o sprays para despejar fosas nasales.
- Gárgaras con agua tibia y sal: alivian la garganta irritada.
- Elevar la cabeza al dormir: ayuda a drenar mejor las secreciones.
- Evitar irritantes: como humo de tabaco, alérgenos y aire muy seco.
- Expectorantes o descongestionantes: pueden usarse con precaución, según indicación médica.
Siempre seguí las instrucciones del envase y ante persistencia o empeoramiento de los síntomas, consultá a un profesional de la salud.