La gripe se manifiesta con varios síntomas característicos que pueden confundirse con los de un resfrío o COVID-19. Entre los más comunes, se encuentran fiebre alta (entre 38 y 40 °C), escalofríos, dolor de garganta, tos seca persistente, dolor de cabeza, secreción nasal, estornudos, dolores musculares, pérdida de apetito, cansancio y debilidad. En chicos, también pueden presentarse vómitos o diarrea.
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Estos signos suelen aparecer de dos a tres días después del contacto con una persona infectada, o tras la exposición a factores de riesgo como el frío o la contaminación.
Cuidados caseros para aliviar los síntomas de la gripe
Para reducir el malestar gripal, se recomienda descansar, tomar mucha agua y utilizar medidas simples como duchas tibias, paños húmedos en la frente y axilas para bajar la fiebre, o inhalaciones de vapor para aliviar la congestión nasal. Estas prácticas pueden ayudar a sentirse mejor mientras se controla la evolución de los síntomas.

No obstante, es fundamental consultar con un médico ante fiebre persistente o síntomas intensos, para descartar otras enfermedades y recibir el tratamiento adecuado.
Cuándo consultar al médico y por qué vacunarse
“Hay mucha gripe A y B circulando. Muchos de los afectados no están vacunados”, advirtió el infectólogo y pediatra Roberto Debbag (M.N. 60.253). “Todo niño entre 6 meses y 5 años debe vacunarse, al igual que cualquier persona mayor de 5 años con factores de riesgo como enfermedades cardíacas, pulmonares, diabetes u obesidad. Los niños o adultos con fiebre alta deben ir a una guardia y hacerse atender”.
La vacunación es clave para reducir la gravedad de la enfermedad y evitar complicaciones, especialmente en los grupos más vulnerables. Ir a tiempo a una consulta médica también permite descartar otras afecciones con síntomas similares, como COVID-19 o resfríos comunes.
Señales de alarma:
- La gripe tarda más de tres días en mejorar;
- Los síntomas empeoran con el paso de los días en lugar de mejorar;
- Aparecen otros síntomas como dolor en el pecho, sudores nocturnos, fiebre superior a 40ºC, dificultad para respirar o tos con flema verdosa.
Diferencia entre gripe y resfrío
A diferencia de la gripe, el resfriado no suele causar fiebre ni complicaciones como diarrea, dolor de cabeza intenso y dificultad para respirar.
En general, un resfrío dura unos cinco días, pero en algunos casos, los síntomas de secreción nasal, estornudos y tos pueden durar hasta dos semanas.
¿Puedo contraer la gripe aunque me haya vacunado este año?
La vacuna de la gripe protege aproximadamente al 80% de las personas a las que se administra, por lo que es posible contraer la enfermedad pese a haber sido vacunado.
También puede suceder que se esté incubando la gripe en los días inmediatamente anteriores o posteriores a recibir la vacuna. En esos momentos, aún no hay protección ya que por término medio tienen que transcurrir dos semanas hasta que la vacuna surta efecto.
No obstante, la vacunación antigripal es muy recomendable ya que reduce la gravedad de los síntomas y el riesgo de complicaciones graves tanto en las personas mayores como en los enfermos crónicos.