Se creyó durante siglos que cualquier forma de vinculación amorosa entre un hombre y una mujer es una relación sana. Era suficiente con que se frecuentaran periódicamente o convivieran para validar el funcionamiento. De ahí, frases como " peor es nada”, “no seré feliz pero tengo marido”, “más vale malo que bueno por conocer”.
Las investigaciones sobre las parejas y qué ingredientes participan en ellas como para que duren y sean felices no cesan de hacerse porque las formas clásicas y tradicionales están desapareciendo: el matrimonio para toda la vida y el concepto de monogamia, son ejemplos de ello.
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No solamente las parejas sino las familias vienen logrando ciertas transformaciones. Se pasó de las familias tradicionales a familiares monoparentales, familias ensambladas, familias del mismo sexo inclusive parejas que no quieren ser padres y prefieren los animales.
Los tres elementos que constituyen una pareja
Una relación sana está compuesta por tres elementos fundamentales que interactúan entre sí:
- Pasión (sexualidad activa y admiración).
- Intimidad (conexión y confianza).
- Compromiso (proyectos y tener palabra).
Si falta uno de ellos, ya no estaríamos hablando de una relación sana ni equilibrada.
Ejemplos de relaciones en donde falta uno de éstos ingredientes.
- Pasión y compromiso sin intimidad = pareja de muchos años en donde se mantiene la pasión pero NO son compañeros.
- Pasión e intimidad sin compromiso = pareja de amantes. Hay todo menos compromiso y proyectos.
- Compromiso e intimidad sin pasión = pareja de muchos años que no tienen prácticamente una sexualidad activa.
Con estos ejemplos, queda bastante claro que para que una relación sea sana deben estar los tres componentes.
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¿Se puede tener una relación sana a pesar de las circunstancias personales propias de cada individuo? Sí, se puede. Y estas serían las claves:
Las 10 claves de una pareja sana:
- Comunicación asertiva: capacidad de expresar lo que siento y pienso sin ofender al otro. Saber en qué momento hablar las cosas
- Respetar el espacio individual del otro. Si bien es hermoso compartir momentos juntos, también el espacio individual es necesario para el autoconocimiento e individualidad.
- No criticar a la familia política. Puede que nos toquen suegros y cuñados no muy amistosos pero deberíamos saber que son sus familiares y existen mucho antes que nosotros.
- Compartir gastos independientemente del salario de cada uno.
- Si tienen hijos, lo ideal es compartir mismos valores y principios.
- Apoyo emocional en momentos de vulnerabilidad: no siempre las cosas salen como deseamos y esto repercute en nuestras emociones. Por eso, es fundamental encontrar un hombro en donde apoyarse.
- No focalizar en los aspectos negativos de la pareja. Tampoco minimizarlos, pero si solo vemos lo que no funciona, es vivir en el eterno mundo de la insatisfacción.
- Superar las situaciones conflictivas y no quedarse apegado a los errores del pasado: hay que cerrar los temas y no buscar la oportunidad para nuevamente sacarlos a la luz.
- Mantener la sexualidad activa y creativa: no son excusas los hijos ni la antigüedad de la pareja. Siempre es necesario revivir el fuego.
- Tener proyectos y realizar actividades en pareja: pueden ser desde viajar y comprar un terreno, a agrandar la familia o mudarse de país. Las actividades en pareja pueden ser varias: deportivas, religiosas, negocios, etc.
(*) La Lic. Paola Bertiz Broll (M.N. 55.576) es Máster en inteligencia emocional especializada en vínculos afectivos. Autora de “Que sea mutuo y que sea amor” (Editorial El Ateneo).