¡Abrigate bien o te vas a resfriar!
Es muy probable que casi todos hayamos escuchado alguna variación de ese ruego durante la niñez o que incluso estemos dirigiendo este consejo a nuestros propios hijos. Es un pedido sensato, aunque cuando se trata de evitar las enfermedades durante la temporada de temperaturas frías, las cosas no son tan sencillas.
Leé también: Los impensables beneficios del frío para un envejecimiento saludable
“Existen varios factores. El mero hecho de que haga frío no hace que uno se enferme”, señala la Dra. Virginia Banks de Northeast Ohio Infectious Disease Associates en Youngstown, de EE.UU. “Son muchas variables”.
Por un lado, los virus pueden sobrevivir y reproducirse más fácilmente en el aire seco y frío del invierno. El frío también hace que la gente pase más tiempo en interiores, haciendo más fácil que los virus se puedan propagar en los espacios cerrados. Incluso, aunque algunas investigaciones de laboratorio sugieren que las temperaturas frías pueden hacer que las células inmunitarias sean menos efectivas, Banks dijo que, al final de cuentas, son los virus los que ocasionan las enfermedades, y no el estado del tiempo.
Algunos síntomas e indicadores clave para ayudar a determinar si se tiene alguna dolencia:
Gripe (Influenza)
- Síntomas comunes: Fiebre alta, tos seca, dolores musculares, fatiga, dolor de garganta y congestión nasal.
- Tratamiento y prevención: Para prevenir la influenza, es importante la vacunación anual. En caso de sospechar de esta enfermedad, consultar con el especialista para tratar los síntomas.
COVID-19
- Síntomas comunes: Fiebre, tos seca, fatiga, pérdida del gusto o del olfato, dificultad para respirar, dolor muscular y dolor de garganta.
- Tratamiento y prevención: Se basa en la vacunación, el uso de barbijo, el distanciamiento social y la higiene frecuente de manos. Es importante no automedicarse y siempre revisar que no seamos alérgicos a los componentes que nos administran. En casos más graves, es fundamental buscar atención médica para un manejo adecuado y oportuno de la enfermedad.
Asma
- Síntomas comunes: Dificultad para respirar, tos persistente, sibilancias y opresión en el pecho.
- Tratamiento y prevención: Es importante evitar el polvo, el moho, el humo y ciertos alérgenos. Además, se recomienda mantener una limpieza regular del hogar y utilizar filtros de aire. Los medicamentos, como los broncodilatadores y los corticosteroides inhalados, son fundamentales para controlar los síntomas y prevenir ataques, en pacientes que cuentan con este diagnóstico son claves. En caso nunca hayas sido diagnosticado, es recomendable ser evaluado por un neumólogo.
Sinusitis
- Síntomas comunes: Congestión nasal, dolor y presión facial, dolor de cabeza, secreción nasal espesa y pérdida del sentido del olfato.
- Tratamiento y prevención: Utilizar descongestionantes nasales, soluciones salinas y, en algunos casos, antibióticos si hay una infección bacteriana. Es crucial mantener las fosas nasales limpias y bien hidratadas. También se recomienda evitar ambientes secos y polvorientos, y usar un humidificador en casa.
Tos seca
- Síntomas comunes: Tos que no produce moco y sensación de irritación en la garganta.
- Tratamiento y prevención: Esta afección puede aliviarse con varios remedios caseros y cuidados. Se aconseja consumir líquidos tibios, hacer gárgaras con agua salina y ajustar la humedad de la habitación. Es importante evitar el consumo de alcohol y el uso de medicamentos sin prescripción médica. Si la tos persiste, se debe consultar a un médico para descartar enfermedades subyacentes.