Se dice que se pasa un tercio de la vida en la cama pero muchas veces no se cambian las sábanas tan frecuentemente como se debería. Sin embargo, en las sábanas se alojan restos de piel, pelo, fluidos corporales, sangre, maquillaje y sudor. En síntesis, se trata de un caldo de cultivo perfecto para el crecimiento de hongos y ácaros en el colchón.
Mantener las sábanas limpias ayuda a dormir mejor y a evitar alergias o reacciones en la piel. Según el microbiólogo de la Universidad de Nueva York, Philip Tierno, lo ideal es que las sábanas se laven una vez por semana, sobre todo en verano, cuando las temperaturas suben y se suda más de lo habitual.
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Incluso en invierno, señala, se desprenden células muertas de la piel, y la presencia de alérgenos como el polen puede empeorar las alergias y la congestión.
Existe una investigación publicada en el Journal of Allergy and Clinical Immunology que incluyó a las camas, junto a otros muebles, entre los que se podían considerar como “reservorios de alérgenos”, para describir la forma en que las sustancias desencadenantes pueden acumularse en ellas.
Además de estos cambios, es conveniente airear la cama antes de hacerla, cada día. De esta forma, conseguiremos ventilar la humedad acumulada, evitando que se formen microorganismos que pueden provocar infecciones o alergias. Igual de importante que saber cada cuánto hay que cambiar las sábanas es saber cómo lavarlas.
Siete recomendaciones para lavar las sábanas, al almohadas y colchón:
- Siempre leer las etiquetas. Las sábanas están hechas de diferentes materiales, algunos de los cuales pueden ser delicados.
- Lavar las sábanas a 60 grados. Si la tela de las sábanas lo permite, lo recomendable es lavarlas a 60 grados, una vez al mes, para eliminar hongos y bacterias con la temperatura.
- Sacar manchas de sangre de las sábanas. Para sacar manchas de sangre de las sábanas y el colchón se puede usar una mezcla de agua y detergente. Mojar la mancha con agua tibia, ponerle una gotita de detergente, dejarlo actuar unos minutos y frotar la mancha con una esponja. Después, enjuagar la zona y lavar las sábanas.
- Sacar manchas de transpiración y de orina. Son, por suerte, las manchas más fáciles de remover. Simplemente lavar las sábanas como se hace habitualmente. Si se quiere darle un toque de limpieza extra, agregar una taza de vinagre al lavado.
- Sacar manchas de maquillaje. Para sacar las manchas de maquillaje mezclar dos partes de bicarbonato con una de agua para formar una pasta. Aplicarla sobre la mancha, dejarla actuar unos minutos y frotar las manchas con un cepillo de dientes. Después, lavar las sábanas como siempre.
- No olvidar las almohadas y las colchas. También requieren de una limpieza y mantenimiento para mantener el lugar de descanso higienizado. Frecuencia de lavado de las fundas de las almohadas: cada tres días.
- Limpiar el colchón dos veces al año. Para contribuir a la higiene en tu cama, limpiar el colchón cada seis meses. Si en el colchón duermen niños o adultos mayores aumentá la frecuencia, sobre todo si hay que sacar manchas de orina.