El aburrimiento siempre existió, no es algo nuevo. Sin embargo, actualmente, quizás como consecuencia del ritmo de vida que llevamos, nos cuesta mucho gestionar los momentos de aburrimiento de los chicos. ¿Debemos proponerles alguna actividad cuando no saben qué hacer? O, por el contrario, ¿es mejor dejar que transcurran esos instantes de tedio?
“Cuando dicen ‘mamá, papá, me aburro’ puede ser también un llamado de atención: dejen el celular, mírenme”, advierte la doctora Adriana Grande (M.N. 58.804), psicoanalista, especialista en vínculos padres-hijos.
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“Cuando los chicos se aburren, demandan la atención de sus adultos de referencia. Unos adultos que no tienen tanto tiempo libre como ellos y que, cuando llegan a casa, tienen que terminar las tareas domésticas pendientes en muchos casos, con lo que buscan formas de que el chico no se aburra”. La situación habitual es “no aceptar este aburrimiento y optar por el uso de pantallas”, observa Grande.
“Otra causa es que les estemos ofreciendo propuestas que no están acorde a la edad que tienen”, señala. Esto significa que necesitan más estimulación para no aburrirse, mientras que las generaciones anteriores aprendieron a usar herramientas diferentes y más allá de la red.
La exigencia con chicos pequeños es que la escena que armamos en general dura poco porque se cansan y necesitan un “cambio de escenario”.
“Por eso será bueno anticiparnos para saber que luego de estar un rato apilando bloques, concentrado, el chico necesitará moverse, correr o saltar para descargar su enorme energía. Si podemos anticiparlo en nuestra mente, no habrá hartazgo ni quejas, sino un transitar continuo entre una actividad y otra”, recomienda la especialista, integrante de APdeBA (Asociación Psicoanalítica de Buenos Aires) e IPA (Asociación Psicoanalítica Internacional).
El tráfico, las condiciones de vida actuales y su arquitectura hacen muy difícil ver a los chicos jugar en la calle. Tampoco les permitimos ir solos al colegio o bajar a jugar a la puerta, algo de lo más común hace solo tres o cuatro décadas.
“La salida a la plaza es ley, todos los días es lo ideal. Esa pila cargada que tenemos en casa, tiene que descargarse”, aconseja la experta.
Algunas ideas para entretener a los más chicos:
- Hacer pulseritas y collares con fideos: Estarán encantados de manipular los alimentos, se divertirán y, además, estarán trabajando su motricidad fina. Incluso las matemáticas si después les pedimos que cuenten cuántas piezas de pasta hay en cada trabajo que hayan terminado.
- Imprimir sus dibujos favoritos para colorear o que sean ellos mismos los que dibujen lo que quieran y que después apliquen el color. ¡Dejar que se conviertan en pequeños artistas!
- Organizar una búsqueda del tesoro: Esconder un “tesoro” en algún lugar de la casa y prepararles una serie de pistas que tendrán que seguir para encontrarlo.
