En plena pandemia de COVID-19, profesionales del Servicio de Neurocirugía del Hospital Pediátrico Doctor Humberto Notti, en Mendoza, aplicaron una nueva técnica quirúrgica para el tratamiento de chicos que sufren de craneoestenosis. Se trata de una fusión entre la cirugía tradicional y la endoscópica.
La motivación del personal para implementar esta intervención menos invasiva surgió ante la difícil situación del sector sanitario: las internaciones tienen que ser más cortas, la ocupación de camas de terapia intensiva es excesiva y las cirugías están limitadas.
La craneoestenosis es un defecto de nacimiento en donde los huesos del bebé recién nacido se cierran de forma prematura antes de que el cerebro se termine de formar. Su incidencia es variable. Se estima que lo sufre uno de cada 1.000 o 2.000 recién nacidos.
“No sólo provoca una deformidad del cráneo, sino que también a futuro puede generar un deterioro del nivel intelectual del niño”, explica el doctor Emilio Pelleriti (M.N. 5.994), neurocirujano infantil y responsable de la cirugía realizada a un bebé de tres meses de vida.
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El único tratamiento posible ante esta patología es el quirúrgico y se tiene que llevar a cabo antes de los cuatro meses de edad. Las técnicas tradicionales que utilizan en el centro pediátrico de Mendoza surgieron en Francia y se denominan “a cielo abierto”.
"Si una operación clásica se prolonga, surgen riesgos y se requiere luego una estadía en terapia intensiva, que puede ir de dos a cinco días. Indefectiblemente, además, se necesita de una transfusión sanguínea. Es una cirugía muy compleja y de alto riesgo”, describe el neurocirujano sobre la técnica anterior.
En cambio, la nueva técnica “otorga muchísimas ventajas”. Las principales: no se utiliza la terapia intensiva y se reduce la necesidad de transfusiones sanguíneas a sólo un cinco por ciento de los pacientes.
"El niño que nosotros intervenimos fue dado de alta al día siguiente. Tuvo una internación de 24 horas, no requirió pasar por intensiva, ya está prácticamente asintomático y continúa su recuperación en casa”, detalló Pelleriti.
Más allá de la patología, la importancia se centra también en cuándo llegan los chicos para ser evaluados, porque los profesionales que lo atenderán tienen un “tiempo limitado” para poder hacer una cirugía que sea efectiva.
"Es fundamental una derivación temprana del paciente, por eso queremos incitar a la comunidad pediátrica a actuar con anticipación, porque la implementación de esta nueva cirugía tiene muchos beneficios respecto a la otra”, destaca la doctora Mariana Cuervo (M.N. 12.593), partícipe de la intervención.
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Desde la dirección del Hospital Notti, el doctor Jorge Pérez resaltó la importancia que tiene la institución en cuanto a la demanda de este tipo de cirugías, ya que es el único centro pediátrico de la región.
“Esta cirugía disminuye la posibilidad de mantener a un paciente en terapia, así como también el manejo del dolor y la reducción del costo de los hemoderivados”, concluye.