Cada 30 de noviembre, se conmemora el día internacional de la Lucha contra los Trastornos de la Conducta Alimentaria, un problema que se hace más visible cada año. Las campañas globales buscan eliminar estigmas y fomentar una comprensión más profunda de estas condiciones que afectan a millones de personas en el mundo.
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Los trastornos de la conducta alimentaria representan un desafío tanto para quienes los padecen como para sus entornos familiares. Es fundamental reconocer que estas afecciones no solo impactan en el cuerpo, sino también en la mente, afectando profundamente la autoestima, las relaciones y el desarrollo personal.
Qué son los Trastornos de la Conducta Alimentaria
“Los trastornos alimentarios más famosos, vamos a decir los que más conoce la gente, son la anorexia y la bulimia. Sin embargo, dentro de los trastornos más frecuentes está el trastorno por atracón, que es un trastorno no tan conocido, pero es más frecuente en la clínica. Y además está lo que llamamos “trastorno alimentario no especificado”, que es un diagnóstico en el cual entra gran parte de la población con trastorno alimentario que no llega a cumplir criterios para desarrollar una anorexia o una bulimia o un trastorno por atracón, pero tiene muchos de estos síntomas”, relata la licenciada en Psicologia (UBA) especialista en trastornos de la conducta alimentaria y fundadora y directora de CAMINO trastornos alimentarios, Lucia Beresñak (MN 50.730).
Además agrega: “La prevalencia de trastornos alimentarios es mucho mayor en mujeres que en hombres. El tema es que la presentación, la forma en la que se manifiesta el trastorno alimentario en hombres es distinto a como se presenta en las mujeres. Las mujeres suelen tener principalmente una búsqueda de la delgadez y los hombres suelen buscar más un crecimiento muscular, desarrollo de musculatura y tienden a obsesionarse con este punto. Y también hay muchísimos hombres que tienen trastorno por atracón. Pero es naturalizado, y la verdad que hay muchos varones que padecen trastorno alimentario pero no se animan a pedir ayuda o a nombrarlo como tal”.
Los Trastornos de la Conducta Alimentaria y las redes sociales
La influencia de los estándares de belleza impuestos por la sociedad es uno de los factores más destacados en el desarrollo de trastornos como la anorexia, la bulimia o el trastorno por atracón. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), alrededor del 70% de los jóvenes siente presión para alcanzar un cuerpo idealizado, lo que aumenta el riesgo de desarrollar problemas alimenticios.
“En otras épocas, el ideal de belleza se veía únicamente en una revista, en un consultorio médico, hoy en día lo tenemos en el celular y lo podemos ver millones de veces por día. Además de que todos los filtros que se le ponen a las fotos hoy hacen que veamos todo el tiempo imágenes de personas que son irreales, que realmente no existen, por lo que ese ideal de belleza que está en el imaginario se ve constantemente personificado en nuestros celulares y eso hace que las personas estén más pendientes de la mirada del otro y del ideal de belleza. También en las redes sociales abunda información nutricional, información de tratamientos, de estética, de ejercicios que uno debe hacer para tener el cuerpo de tal o cual forma, por lo que el consumo de redes sociales y de todo el contenido que circula aumenta muchísimo la tasa de trastornos alimentarios”, relata Beresñak.
“Los ideales de belleza impuestos por la sociedad son un factor sociocultural y predisponente a desarrollar trastornos de la conducta alimentaria. Nuestra cultura es muy exigente en lo que respecta a la imagen, a la belleza. El listado de criterios que debe cumplir una mujer para ser bella para nuestra sociedad es interminable, por lo que es imposible casi de alcanzar. Pero, como digo siempre, todos vivimos en esta sociedad y no todos desarrollamos un trastorno de la conducta alimentaria”, continúa.
Factores de riesgo y señales de alerta
Los trastornos alimentarios no aparecen de un día para otro, son el resultado de una combinación de factores biológicos, psicológicos y sociales. Beresñak subraya que no hay una única causa por la cual una persona desarrolla un trastorno de la conducta alimentaria: como toda patología compleja su origen es multicausal. Además de los socioculturales, hay factores familiares e individuales y todos ellos en conjunto hacen que alguien en una etapa de vulnerabilidad como suele ser la adolescencia, inicie una restricción alimentaria, una dieta como un intento de resolver o de distraerse de algún problema que está teniendo.
Entre las señales más comunes de trastorno alimentario se encuentran:
- Un interés repentino y y excesivo sobre temas nutricionales o tratamientos de estética.
- Cambios en la conducta alimentaria, restricciones o excesos en la alimentación.
- Dolores gástricos frecuentes.
- La decisión de comer solo, aislarse.
- Que alguien empiece a faltar a juntadas con amigos o que vaya a la juntada pero siempre con el discurso de que ya comió antes o que pida que no se coma el menú.
Todos estos indicadores de cambio conductual y de un interés repentino por el tema nutricional y por la actividad física y por la estética, son indicadores importantes a considerar. Detectar estos síntomas de manera temprana es crucial, ya que las intervenciones oportunas pueden marcar la diferencia entre un tratamiento exitoso y complicaciones a largo plazo.
Estrategias y prevención
Las estrategias que se pueden implementar desde una edad temprana para prevenir la aparición del trastorno alimentario son los denominados factores protectores:
- No etiquetar alimentos como sanos o insanos, chatarra o saludable. Entender que todos los alimentos son sanos si uno los consume en la cantidad y con la frecuencia indicada, según las condiciones de salud y edad de esa persona.
- Promover un vínculo sano y de respeto hacia el propio cuerpo y hacia el cuerpo del otro.
- No hablar de cuerpos ajenos, no criticar el cuerpo propio ni el de nuestros hijos.
- Valorar nuestro cuerpo por aquello que nos permite y no estar cuestionando todo el tiempo aquello que no nos gusta.
- Promover una alimentación sana, entendiéndola como una alimentación flexible y promover un vínculo con el cuerpo que tenga que ver con el respeto y no con la estética.
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“Si hablamos del abordaje terapéutico más efectivo para los trastornos de la conducta alimentaria, es la terapia cognitivo conductual. Es la que mayor evidencia científica tiene demostrada para el tratamiento del trastorno alimentario. Realizada en un equipo interdisciplinario, los trastornos de la conducta alimentaria no deben abordarse abordarse únicamente por un terapeuta o por un psicólogo, sino que requiere un abordaje interdisciplinario con mínimamente nutricionista, psicólogo, psiquiatra. La mayoría de los casos y un médico clínico, ya que las complicaciones clínicas son súper frecuentes”, cierra la licenciada.