Tras la muerte por intoxicación de dos personas en la ciudad de Berazategui producida días después de haber ingerido carnes y achuras en mal estado, comenzaron a quedar en la mira de la situación los casos de otros hombres internados en hospitales de la zona con síntomas similares y se investiga si se trata de los mismos cuadros bacterianos.
Según un comunicado difundido por el Gobierno de la Provincia de Buenos Aires, se confirmó en ambos pacientes fallecidos la presencia de Salmonella y en el segundo también de Shigella, dos bacterias potencialmente mortales que pueden encontrarse en la carne cruda.
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Shigella: una bacteria potencialmente mortal
La Shigella es una bacteria que tiene diferentes especies. “Una de ellas es especialmente más virulenta: hablamos de la dysenteriae serotipo 1, que produce una toxina que puede causar un daño sistémico a nivel del riñón y otros órganos”, explicó Claudia Degrossi, doctora en Química, docente del ITBA y co-creadora de @cazabacterias. En tanto, la shigelosis “es una patología gastrointestinal causada por la bacteria Shigella”, amplió Francisco Dadic, médico toxicólogo del Hospital Durand, y director de Toxicología Hoy.
“Es frecuente la intoxicación al manipular alimentos con las manos sucias. La persona que porta la bacteria manipula los alimentos sin la asepsia adecuada, estos se contaminan con el patógeno y contagian a los futuros consumidores”, amplió Dadic. Además, agregó que también es frecuente contagiarse al llevarse las manos sucias a la boca.
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La shigelosis se manifiesta con dolor abdominal y vómitos, aunque el sello característico es la diarrea con sangre. El tratamiento consiste en una amplia hidratación y antibióticos específicos para matar al germen.
Salmonella: un enemigo que puede ser mortal
La enfermedad causada por la ingesta de la Salmonella se denomina Salmonelosis. Si bien no reviste mayor gravedad en un adulto sano, puede ser mortal en personas con inmunidad deficiente, ancianos o niños menores de dos años. “Al igual que otras gastroenterocolitis bacterianas, está estrechamente ligada con la ingesta de ciertos alimentos sin adecuada preparación”, explica Dadic.
En el caso de la Salmonella, se deber ser especialmente cauteloso con los huevos. Esta bacteria tiene la particularidad de alojarse en el intestino de los animales contaminados y transmitirse a través de sus excretas. Durante la faena y procesamiento (en caso de pollos o vacas), estos pueden contaminarse y llegar al comensal, que desarrolla la patología”, precisa.
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Es frecuente en los siguientes alimentos: huevos de gallina y pato, leche y productos lácteos, pescados y camarones (por agua contaminada con heces), aderezo preparado con huevo no pasteurizado, frutas y verduras (no lavadas correctamente), entre otras.
Los huevos son los vectores más comunes de infección porque en aves infectadas, la Salmonella tiene la capacidad de colonizar los ovarios de la gallina, por lo que algunos de sus huevos salen contaminados.
Pautas de prevención para evitar infecciones
Hay determinadas cuestiones que todas las personas pueden hacer con el fin de evitar ingerir bacterias que puedan resultar dañinas para el organismo.
1- Nunca volver a congelar los alimentos ya descongelados. Al sacarlos del freezer, mantenerlos en la heladera, no afuera.
2- Antes de manipular un alimento, lavarse muy bien las manos.
3- Se debe ser especialmente cauteloso con alimentos lácteos y con los huevos en época de calor. A su vez, debe vigilarse especialmente su fecha de caducidad.
4- Limpiar bien la cáscara de los huevos y secarla antes de usarlos. Hacer lo mismo con la piel de la fruta antes de comerla.
5- Cocinar los alimentos al menos a 70 grados, “porque a esa temperatura la mayoría de los microorganismos mueren. Asegurarse de que los alimentos no queden crudos en su interior, sobre todo, los filetes muy gruesos, el huevo y el pescado”, aconseja.
6- Evitar la carne picada en menores de 5 años.
7- No mezclar alimentos crudos y cocidos. “La contaminación cruzada es uno de los principales riesgos en la cocina: si la carne está contaminada por patógenos y se la corta en la misma tabla que la manzana o con el mismo cuchillo, no se evitará la infección”, advierte.
8- Observar los cambios de olor o color de un alimento porque son señales de alarma.
9- Consumir inmediatamente la comida preparada y no reservarla a temperatura ambiente ya que cuando los alimentos cocinados se enfrían, empiezan a proliferar los microorganismos. Cuanto más tiempo pasa, más peligro hay.