Raúl Rosa es un exagente de la SIDE que, luego de que lo relevaran de la obligación de guardar secreto, se animó a denunciar todo lo que vivió durante el kirchnerismo.
Rosa llegó al servicio de inteligencia poco después de que la crisis de 2001 estallara en la Argentina. Se sumó, primero, para investigar a las personas que pudieran atentar contra el orden democrático, bajo el gobierno de Eduardo Duhalde. Más tarde lo pusieron al frente de las averiguaciones sobre casos de narcotráfico. Pero cuando Néstor Kirchner llegó a la presidencia hubo un cambio de paradigma: aunque su división seguía a cargo de investigar el tráfico de drogas, comenzaron a pedirles otros trabajos. El espionaje ilegal a políticos, empresarios, jueces y periodistas se convirtió en su nueva obligación, según él mismo denunció.
"Nos ordenaban que confeccionáramos fichas con datos personales de mucha gente. Lavagna, Macri, Longobardi son algunos de los nombres. Pero una cosa que me llamó mucho la atención fue la obsesión que tenía Néstor Kirchner con Elisa Carrió. Las órdenes de requerimiento sobre ella eran diarias", aseguró en Ya Somos Grandes.
El equipo de Rosa fue uno de los pilares en la investigación del caso Southern Winds (SW), cuando se detectó el envío de 60 kilos de cocaína en valijas a España. "Nuestra división hizo estallar el caso. Pero a partir de ese momento, las jerarquías políticas del organismo nos enfocaron como a un enemigo. Nos persiguieron", afirmó Rosa, que renunció luego de que amenazaran con matar a su hija.
El exagente, antes de dar declaraciones a la prensa, presentó una denuncia en la que detalla cómo fueron sus días en la SIDE. Fue un largo camino antes de llegar a la Justicia. Tuvo que pasar varias etapas. Después de varios intentos y de escribirle al propio Macri, Gustavo Arribas lo recibió en su oficina, según dijo, pero no fue de mucha ayuda. Tuvo que insistir hasta que finalmente lo relevaron de guardar secreto y pudo contarle a la Justicia todo lo que sabe.
