La titular de la Oficina Anticorrupción, Laura Alonso, mira con especial interés el devenir del caso Ciccone. El organismo que dirige es parte querellante en la causa y la presentación de Alejandro Vandenbroele como imputado colaborador puede marcar un quiebre definitivo.
La funcionaria consideró que el titular de The Old Fund se presentó ayer en los Tribunales de Comodoro Py para prender el ventilador ya que "se sintió más tranquilo por la prisión de Amado Boudou y Núñez Carmona". A su vez, estimó que podría complicar la situación de un banquero: "Creo que puede mirar a un financista del sector privado", señaló en diálogo con radio La Red.
"Tenemos entendido que hubo otra fuente de financiamiento (para concretar la operación)", puntualizó la funcionaria. Hasta el momento, se barajaron dos nombres ligados al sector financiero: Raúl Moneta y Jorge Brito.
Además, remarcó la importancia de que en el caso Ciccone también caiga la parte privada del entramado que facilitó la compra de la Calcográfica: "Hay un privado que pone el dinero y me parece que es importante mirar también el otro lado de la corrupción", manifestó.
La Ley del Arrepentido establece que el imputado que colabore con la investigación podrá conseguir una reducción de pena, negociada previamente con la fiscalía, toda vez que en el proceso judicial se constate la veracidad de la información aportada. Di Lello o el juez federal Ariel Lijo tendrán hasta un año para "corroborar el cumplimiento de las obligaciones que el imputado arrepentido hubiera contraído en el marco del acuerdo, especialmente la verosimilitud y utilidad, total o parcial, de la información que hubiera proporcionado".