La marcha convocada por el líder de Camioneros, Hugo Moyano, reunió ayer a miles de personas en la céntrica avenida 9 de Julio. El escenario principal se ubicó en la intersección de la avenida Belgrano y desde allí el sindicalista apuntó contra el Gobierno, a quien acusó de perseguirlo en la Justicia. Una vez que terminó el acto, la multitud que acompañó a los gremios adherentes se retiró del lugar y se puso en acción el operativo de limpieza de la Ciudad: costó alrededor de 772 mil pesos.
A medida que los manifestantes se fueron alejando del microcentro porteño, quedaron rastros de bolsas de plástico, latas, botellas, cartones y restos de comida. Sin embargo, a diferencia de otras veces, no se registraron mayores destrozos en las plazoletas del Metrobus ni alrededores.
Según confirmaron desde el Ministerio de Ambiente y Espacio Público, una vez finalizado el acto se acercaron al lugar más de 40 personas que se dividieron en diferentes tareas. Un grupo se encargó de retirar un total de 60 contenedores de basura. Mientras que otro se dividió en la calle para barrer y limpiar las veredas.
Para el segundo grupo encargado de la "higiene", la Ciudad operó furgones hidrolavadores, barredoras mecánicas y camiones compactadores de residuos, que se dividieron en dos turnos -tarde y noche- para que la avenida amaneciera lo más limpia posible.
Según los organizadores de la marcha, hubo casi 400 mil personas. Aunque las cifras del Gobierno hablan de menos de la mitad. A pesar que en las reuniones previas a la manifestación, los funcionarios porteños pidieron que no se afectara el servicio del Metrobus, ayer no funcionó. El tránsito se colapsó desde el Bajo hasta Callao, y desde la avenida San Juan hasta Corrientes.
