El fiscal contra el crimen organizado, Luis Pacheco, reactivó "la ruta del dinero K en Uruguay" tras conocerse los datos de los viajes del financista del matrimonio Kirchner, Ernesto Clarens, al país vecino. Ya solicitó a la secretaría para la Lucha contra el Lavado de Activos y el Financiamiento del Terrorismo que active todos los mecanismos para saber si hubo sociedades o ciudadanos uruguayos que se quedaron con dinero proveniente de Argentina.
Además pedirá vía exhorto al juez Claudio Bonadio las declaraciones de los imputados donde se mencione las rutas terrestres y aéreas Buenos Aires-Carmelo, Buenos Aires-Punta del Este y Buenos Aires-Montevideo.
La primera vez que Uruguay tuvo conexión por causas de corrupción durante los gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner fue con la declaración de Leonardo Fariña. En diciembre de 2017, la Justicia determinó que la compra de la estancia "El Entrevero" en José Ignacio estaba vinculada a lavado de activos que se atribuyen al empresario Lázaro Báez y al contador Daniel Pérez Gadín sobre quien está vigente un pedido de extradición.
"Queremos saber si el dinero se quedó en Uruguay y dónde está. Ya estamos trabajando con la Unidad de Información y Análisis Financiero que depende del Banco Central de Uruguay y supervisaremos a todos los organismos públicos para que informen sobre todos los movimientos que tengan relación con hechos investigados en Uruguay. Clarens ya figura en las búsquedas de la Justicia", advierte Daniel Espinosa, director de la Secretaría Antilavado.
Clarens, que pidió sumarse a los arrepentidos por el caso de los cuadernos de las coimas, viajó 91 veces a Uruguay en barcos privados, sobre un total de 164 traslados que hizo al país vecino.
El fiscal Pacheco no descarta que en los últimos años se hayan adquirido nuevos inmuebles para esconder el origen ilícito del dinero en tierras uruguayas.
