En el marco de una misa por "las dos vidas" en la Basílica de la Virgen de Luján, la Iglesia volvió a apuntar contra la legalización del aborto y la media sanción que obtuvo en Diputados. De cara a su tratamiento en las comisiones del Senado, monseñor Oscar Vicente Ojea, quien presidió el evento, aseveró que la interrupción voluntaria del embarazo no es un derecho sino "un drama".
Para el titular de la Conferencia Episcopal Argentina, la vida "es puro don de Dios y nosotros no somos sus dueños". En ese sentido, sostuvo que se viven momentos delicados, ya que "muchos sienten desamparo y tristeza" ante la posibilidad que se apruebe efectivamente la ley.
"Sería la primera vez que se dictaría en la Argentina ,en tiempos de democracia, una ley que legitime la eliminación de un ser humano por otro ser humano", lamentó el religioso.
Durante la multitudinaria celebración, que empezó a las 11 de la mañana, Ojea instó a encontrar "soluciones nuevas y creativas" para que ninguna mujer "busque recurrir a un desenlace que no es solución para nadie".
En este contexto, los obispos realizaron la consagración del pueblo argentino a la Virgen de Luján, por cuya intercesión pidieron a Dios "la gracia de servir y cuidar de toda vida, en especial la del niño y niña por nacer".
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La denominada "Misa por la vida", convocada por la Conferencia Episcopal de Argentina, también se celebró este domingo en una veintena de ciudades del país, que son sedes de diócesis.
Este martes, el proyecto del aborto legal, seguro y gratuito empezará a tratarse en un plenario de las comisiones de Salud, de Justicia y Asuntos Constitucionales.
De cara a la votación en el recinto, que será el 8 de agosto, los senadores deberán firmar un dictamen y definir si se modifican o no ciertos artículos del pliego. Sobre este punto, ya empezaron a surgir rispideces entre los bloques. En especial, porque hay un número considerable de indecisos y otros que presentaron iniciativas alternativas que solo defienden la despenalización, pero no la legalización.
