El nuevo jefe de la Oficina Anticorrupción (OA) Félix Crous se definió "de izquierda con formación marxista" y adelantó lineamientos de lo que será su gestión. Indicó que el presidente Alberto Fernández lo instruyó para que el organismo no tenga "una mirada inquisitiva" y adelantó que no perseguirá a la oposición. La OA no es un organismo más, ya que durante bajo el macrismo se convirtió en querellante en diversas investigaciones contra exfuncionarios kirchneristas.
Crous es miembro fundador de la agrupación Justicia Legítima (vinculada al kirchnerismo) y se definió como un hombre "de izquierda, con formación marxista". En relación a los referentes K dijo que simpatizó con los gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner y que tiene "esperanzas" con la gestión de Fernández, al que votó en las últimas elecciones.
Con respecto a lo que será su gestión señaló que el Presidente "fue muy enfático que su idea no es que la Oficina Anticorrupción persiga opositores y que no tenga una mirada inquisitiva". Sostuvo que si reciben información de delitos cometidos durante el gobierno de Mauricio Macri prepararán las denuncias y las presentarán ante la Procuraduría de Investigaciones Administrativas (PIA), "como corresponde", afirmó.
Indicó además que "el rol principal de la Oficina Anticorrupción no es impulsar la acción penal". "Para eso están los fiscales y la Procuraduría de Investigaciones Administrativas", explicó.
Aclaró que la idea es que la OA "sea querellante en los juicios, pero solo para estar al tanto de cómo evolucionan los procesos e intervenir solo si se demora o pasa algo", en relación a las causas que involucran a exfuncionarios K en las que el organismo es querellante.
Con respecto al organigrama dijo que el Presidente le dio el rango de ministro y que la OA "será un órgano del Poder Ejecutivo dentro del Ministerio de Justicia", en diálogo con radio La Red.
Por último puntualizó que no quiere ser "auditor" de la gestión de su antecesora Laura Alonso, aunque aclaró que si detecta irregularidades las denunciará.