Carrió está enojada, dolida y asustada. ¿Pero renunciar a la candidatura? Ella asegura que no, que hay que correrse de ese eje. Carrió tiene una certeza que transmite en privado a quienes la frecuentan en su casa o mantienen línea directa. El problema no es Macri, ni siquiera el Gobierno. Pero cree que hay una fenomenal operación montanda en su contra y quiere -y exige- que el Gobierno la defienda.
“A Lilita le dicen que es Majdalani”, explica una aliada que la ve casi a diario. Carrió cree fervientemente en esa versión, al menos hasta que le demuestren lo contrario. Se refiere a la número 2 de la AFI, a quien señala como responsable de varias operaciones en su contra, entre ellas la orden de seguirla en Paraguay.
En sus charlas, Carrió se encarga de correr del eje a Gustavo Arribas, el titular de la AFI. “Es un hombre que no está capacitado para el cargo, pero no es parte de la operación”, lo defiende. La que sabe de inteligencia es ella, Majdalani, “La Turca”. Es la que hizo cursos en el exterior sobre temas de inteligencia y la que estaría relacionada con Francisco Larcher, el exlíder de la SIDE kirchnerista.
Es más, Carrió no sólo apunta a la número dos de la AFI. Cree que estas movidas también apuntan contra Arribas, quien había sido denunciado por la propia diputada. “No es casualidad que sea el único funcionario del gobierno mencionado en la denuncia de Meirelles sea él”.
¿Se baja o no se baja?
El tema se habló en una cena el martes en uno de los mejores restaurantes de Pilar. Carrió compartió una cena con sus máximos allegados. “Nosotros somos parte del equipo y ayudamos a formar esto. Somos parte del equipo del Presidente y desde el lugar en que estamos vamos a colaborar para limpiar esta mugre”, les dijo la diputada. Durante la cena, Lilita varias veces repitió una frase que ya soltó en público: “El Presidente está transformado, pese a su pasado está dispuesto a ir a fondo”, lo defendió.
La orden a su grupo fue clara: evitar que ella quede como “loca”, como “conflictiva”, como la que “rompe espacios”. “Estamos más firmes que nunca junto a este proyecto”, dijo. “No podemos permitir que se instale que ella es la conflictiva, cuando quedó demostrado que la espiaban. Los informes muestran hasta cuántos cigarrillos fumó en Paraguay”, explicó uno de los presentes en la cena.
“En democracia están espiando a una diputada nacional, a una de las líderes de la coalición gobernante y quieren instalar que el problema es ella”, remarcan en su entorno. Así desmintió rotundamente que se fuera a bajar de su candidatura. También les aclaró lo mismo a Larreta y Peña. Y les prometió a los suyos que seguirá peleando por lugares que considera clave en el Congreso: Paula Oliveto y Mariana Zuvic por la ciudad; y Toty Flores y Marcela Campagnoli por Provincia.
El miedo de fondo
Existe otra duda que Carrió quiere despejar. Le llegó la información de que Alan González -el hombre que pagó 1500 pesos para que un albañil firme la denuncia por enriquecimiento ilícito contra Carrió- trabaja para la AFI de Pilar y es a su vez militante del Frente para la Victoria de esa localidad.
Más allá de Majdalani, en la Coalición Cívica está preocupados por los denominados “servicios paralelos”. Creen que hay un sector de la exSIDE que trabaja para jueces federales de Comodoro Py y que arman la red para presentar estas denuncias y tener a los “enemigos” agarrados. Esa es la red que quieren desentramar. Sobre estos y otros temas Carrió hablará en los próximos días con el presidente Mauricio Macri.
Mientras tanto, Carrió recibió apoyo de otros sectores de Cambiemos. “Hay que evitar que el pasado oscuro vuelva a emerger; son los mismos de siempre, los enemigos históricos de la democracia, los que ponen los intereses de ellos mismos por encima de los de la República y los que este gobierno está decididamente empeñado en desterrar”, dijo el jefe del bloque de la UCR, Mario Negri.
El apoyo que Carrió empezó a reclamar desde el fin de semana pasada se empieza a cristalizar. Tarde pero seguro sus aliados salieron a respaldarla. Y ella ahora está tranquila. Aunque sus más cercanos saben que su humor puede variar. Así fue siempre y así es Elisa Carrió.
