Para los más de 4000 seguidores de Cristina Kirchner que colmaron los alrededores del salón Jorge Luis Borges en la Feria del Libro, la lluvia no hacía más que ponerle un carácter épico a la noche del jueves.
La presentación del libro “Sinceramente” de la senadora fue una excusa para volver a reclamarle a la líder de Unidad Ciudadana una definición electoral. “Cristina presidenta”; “Cristina te necesitamos” y “Cristina, Cristina, Cristina corazón, acá tenés los pibes para la liberación”, fueron los cantitos que más se escucharon a lo largo de una jornada en la que muchos se retiraron de la Feria del Libro con la sensación de que su jefa política les había dado un guiño.
“Necesitamos un contrato social entre todos los argentinos y las argentinas con metas concretas”, sostuvo la expresidenta y el estallido fue total. “Vamos a volver”, contestaron desde el terreno, ya blando, de La Rural.
Esta vez no se vieron banderas de La Cámpora, ni bombos. Tampoco demasiadas remeras vinculadas a las agrupaciones políticas más cercanas al kirchnerismo. Se trató de una presentación de la que formaron parte jóvenes, mujeres y hombres que se acercaron a pedirle a Cristina Kirchner que se postule y vuelva a la Casa Rosada.
Aunque hubo insultos, y muchos. Todos dirigidos hacia el presidente Mauricio Macri, a quien silbaron cada vez que la exmandataria cuestionaba las políticas económicas del gobierno de Cambiemos. De hecho, en un tramo de su discurso, hubo lugar para las risas y carcajadas de los presentes. Fue cuando Cristina les pidió a los funcionarios macristas que imiten el proceso de industrialización del gobierno de Donald Trump. “Sería bueno que aquellos que viajan tanto para allá y escuchan tanto lo que les dicen que imiten lo que hacen ellos", lanzó la expresidenta.
El título del libro de la exjefa de Estado fue otra excusa para inventar un nuevo canto que se impuso rápidamente entre los seguidores K. “Sinceramente les copamos La Rural”, fue uno de los hits.
Cuando Cristina dejó el micrófono y todo hacía suponer que la expresidenta se retiraría del lugar rápidamente, hubo tiempo para una sorpresa más. La expresidenta salió del salón Borges, se subió a un banquillo y saludó a la militancia. Muchos intentaron que Cristina les firmara su libro, lo que resultó imposible.
Sin embargo se llevaron una última frase que pocos escucharon. “Gracias, los amo, los amo a todos”, lanzó con los brazos en alto la exjefa de Estado. Minutos después, la masa se desconcentró con velocidad. Pero en el terreno quedaron las huellas de todos los que fueron a pedirle a Cristina Kirchner que intente arrebatarle el sillón de Balcarce 50 a Mauricio Macri.
