David Nazareno Ávila, el argentino acusado de mantener vínculos con el Estado Islámico, se encuentra en el foco de una investigación judicial que intenta determinar si el joven planeaba un atentado terrorista en el país. Las pruebas en su contra incluyen mensajes en redes sociales y conversaciones con presuntos integrantes de la organización criminal ISIS.
En el análisis de su celular, los investigadores hallaron diálogos en los que Ávila solicitaba apoyo financiero y capacitación a supuestos miembros de esta agrupación terrorista.
TN ya había revelado que el joven de 21 años había obtenido un manual para actuar como “lobo solitario” en la Argentina, presuntamente con el objetivo de llevar a cabo un ataque terrorista, aunque se desconoce cuándo y dónde.
“Necesito apoyo financiero”: el terrorista argentino le pidió plata al Estado Islámico para comprar armas
Uno de los mensajes que para el juez federal Adrián González Charvay fue clave para considerar que el joven efectivamente tenía vínculos con integrantes de ISIS fue un intercambio en el que este hombre pide financiamiento para comprar fusiles.
“Tengo un contacto que me vende armas, pero necesito apoyo financiero”, le escribe a una cuenta que agendó como “cuenta eliminada” y preguntó: “¿Me enseñarán a hacer explosivos para atacar?”. La respuesta fue contundente: “Habla con este hermano y dile que quiero entrar al canal en solitario”.
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Luego le enviaron dos archivos PDF titulados “Hacer un artefacto explosivo de forma primitiva” y “Hacer un artefacto explosivo de forma más sencilla”. Tras recibir estos documentos, Ávila agradeció diciendo: “Muchas gracias, hermano, si Dios quiere, todo estará bien”.
Durante su declaración indagatoria, Ávila intentó justificar sus acciones al asegurar que su intención era estafar al grupo terrorista. “Si me mandaban el dinero, los iba a bloquear y me quedaba con la plata. Solo quería la plata, pero agregué lo demás para que sea más realista”, sostuvo. La versión nunca terminó de convencer a los investigadores.
A su vez, refirió que no recibió capacitación ni instrucciones en esos grupos: “Los pasé por arriba, vi algún que otro video que estaban buenos, de infantería, pero la capacitación no la miré porque era muy larga”.
Sin embargo, los investigadores consideran poco creíble esta versión. Argumentan que no tiene justificación lógica que un argentino contacte a una organización terrorista internacional con base en Siria simplemente para intentar una estafa.
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Los mensajes hallados en Telegram refuerzan la acusación en su contra. Ávila se presentó como “Naza” y afirmó: “Soy de Argentina y quiero ser mártir en Argentina. En Argentina tenemos un gobierno sionista que apoya a Israel y debe pagar por sus pecados sionistas”. En otro mensaje pidió ayuda explícita: “Quiero aprender a hacer explosivos si me pueden ayudar”.
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Las conversaciones incluyeron interacciones con al menos dos grupos extremistas, uno denominado “Archivo de la Revolución Siria” y otro traducido como “Eres Vladislav Roslya”. En el marco de estas interacciones, Ávila accedió a un manual conocido como “lobo solitario”, que fomenta la realización de atentados violentos de manera autónoma, pero alineados con la ideología del grupo terrorista.
La Justicia procesó a Ávila como autor material y penalmente responsable de haber formado parte de agrupaciones que promueven el uso de la violencia para imponer sus ideas y atemorizar a la población. Además, lo acusaron de alentar el odio y la persecución por razones de raza, religión o ideología política. La acusación incluye agravantes por su finalidad de aterrorizar a la población.
Como parte de la investigación, se le dictó prisión preventiva y un embargo de 500 millones de pesos. Las autoridades consideran que Ávila formaba parte de la estructura terrorista, recibía asesoramiento directo y compartía su ideología. Los documentos y materiales en su poder, sumados a sus declaraciones, son interpretados como una confirmación de su intención de cometer actos violentos en nombre del grupo.
