El vínculo entre Javier Milei y Mauricio Macri atraviesa su momento más crítico desde el inicio del gobierno libertario. El expresidente, que fue clave para el respaldo del PRO en el balotaje presidencial, considera que está siendo destratado por el entorno de Milei, especialmente por las estrategias de Luis “Toto” Caputo, quien, según Macri, estaría maniobrando para debilitar al PRO de cara a las próximas elecciones. Esta creciente tensión provocó un quiebre inesperado en las relaciones entre ambos líderes.
El punto de inflexión ocurrió el mediodía de este martes, cuando Macri decidió congelar toda negociación con el Gobierno y suspendió un almuerzo programado entre Milei y los senadores del PRO.
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El encuentro, que prometía ser un espacio de diálogo clave para afianzar acuerdos legislativos, terminó cancelado por orden directa del expresidente. Incluso los preparativos del menú, que incluía bifes y chinchulines, quedaron en el aire, lo que marcó un gesto de descortesía que no pasó desapercibido en el ámbito político.
La decisión de Macri de boicotear el encuentro no solo es una muestra del distanciamiento con Milei, sino también un mensaje contundente hacia sus propios legisladores. Así, reafirmó su postura de no ceder en un contexto que considera hostil. Este episodio refleja el nivel de tensión interna dentro de Juntos por el Cambio, donde las divisiones se profundizan en un momento crítico para la oposición.
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La relación entre Milei y Macri, aunque fue meramente estratégica desde las elecciones, se encuentra ahora en un terreno incierto.
Mientras el oficialismo busca avanzar con sus planes de reestructuración económica y política, el PRO enfrenta el desafío de mantener la cohesión en sus filas, en un escenario donde el liderazgo de Macri se pone a prueba frente a los roces con el libertario. Las próximas semanas serán clave para definir si este distanciamiento es pasajero o el inicio de una fractura definitiva.
