El escándalo Insaurralde impactó de lleno en la campaña de Axel Kicillof, dedicado ahora a hacer control de daños, mientras que en Juntos por el Cambio buscan capitalizar el golpe que recibió el oficialismo para impulsar la candidatura de Néstor Grindetti a la gobernación de la provincia de Buenos Aires.
Están convencidos de que podrán captar votos de indecisos y de quienes no concurrieron a las urnas en las PASO . Cerca del exintendente de Lanús proyectan quedarse con 90 intendencias, entre ellas, dar vuelta la elección en Lomas de Zamora, en donde Unión por la Patria ganó por menos de 14 puntos de diferencia, unos 45.000 votos. Hoy, JxC maneja 58 municipios.
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Si logran ese objetivo, dan por descontado que Grindetti será el próximo gobernador bonaerense y ese poder territorial lo proyectan a la candidatura de Patricia Bullrich para entrar al balotaje por la presidencia. El cálculo es optimista.
JxC toma impulso en la provincia de Buenos Aires
Si bien dentro de UxP sospechan de una movida interna, el escándalo Insaurralde le dio a la coalición opositora un inesperado impulso, que necesitaba en el tramo final de la campaña, cuando la mayoría de los sondeos daban por ganador a Kicillof y mostraban a Bullrich fuera de la segunda vuelta.
Sin interna, el actual gobernador ganó las PASO con una diferencia mucho más ajustada de lo que el oficialismo proyectaba. JxC quedó menos de 4 puntos abajo y, aunque Grindetti tiene el desafío de retener los votos de Diego Santilli, confía en dar vuelta el resultado con los ausentes que se verán dispuestos a concurrir a las urnas ante el hartazgo de hechos como el sucedido este fin de semana con el exintendente de Lomas de Zamora de viaje por Marbella, aseguran desde adentro de la campaña.
También con el escándalo de las tarjetas de la Legislatura bonaerense que estaban en poder del puntero del PJ “Chocolate” Rigau. Legislatura que hoy está en manos de Federico Otermín, delfín de Insaurralde y candidato a intendente de Lomas de Zamora.
Pero también Carolina Píparo quiere capitalizar el escándalo, con el mensaje anti casta que levanta como bandera Javier Milei. Además, los candidatos a intendentes del peronismo bonaerense se vieron obligados a profundizar sus propias campañas para evitar una oleada que los alcance.
Tanto la candidata libertaria como Grindetti reforzarán sus campañas en Lomas de Zamora y apelarán a la idea de la degradación de la política y del kirchnerismo para polarizar con Kicillof en el conurbano bonaerense. El candidato de Juntos por el Cambio es Guillermo Viñuales, exjefe de Gabinete en ese partido.
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En el debate presidencial, los cinco candidatos decidieron dejar fuera de agenda el tema, lo que le dio un respiro a Sergio Massa y al peronismo. En el oficialismo destacaron la celeridad con que Kicillof le pidió la renuncia a Insaurralde, mientras que el tigrense se encargó de exigirle públicamente que también dé un paso al costado en su candidatura a concejal. Pero reconocen que la campaña está golpeada y que va a ser muy difícil evitar el impacto.
En la provincia de Buenos Aires, la gobernación se gana por un voto de diferencia. Si Kicillof logra controlar el daño y minimizar la dureza del golpe, o si se cumplen las proyecciones de Grindetti se sabrá el mismo 22 de octubre, con el escrutinio de la elección. También en el entorno de Massa miden hasta dónde impactará en su propia campaña.
