“Acá se resfría un senador y se te cae una sesión”, decía hace una semanas un legislador kirchnerista en la Cámara Alta. Las complicaciones de salud que atraviesa el jefe del interbloque oficialista del Senado, José Mayans, volvieron a exponer las dificultades que tiene el Frente de Todos para conseguir mayorías en el Congreso.
Hasta el fin de semana, el oficialismo tenía definido sesionar este jueves para tratar ley que prorroga por cinco años la vigencia de los impuestos a las Ganancias, a los Débitos y Créditos Bancarios, conocido como Ley del Cheque, y del Monotributo, entre otros gravámenes que vencen a fines de 2022 y representan el 32% de la recaudación. Incluso se lo había informado extraoficialmente a los jefes de los bloques opositores. En las últimas horas, la sesión fue suspendida.
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El proyecto tuvo un tratamiento tenso en la Cámara de Diputados, en una sesión que el Frente de Todos logró iniciar con lo justo y con la ayuda de algunos aliados, sin la presencia de Juntos por el Cambio -que proponía una rebaja de impuestos-, los liberales ni la Izquierda para el quórum.
En el Senado, la iniciativa recibió dictamen de mayoría a mediados de septiembre. La oposición, por su parte, en línea con la estrategia en Diputados, presentó un dictamen de minoría con modificaciones en el impuesto al Cheque y un planteo para subir el piso de Bienes Personales.
Juntos por el Cambio no tenía previsto bajar al recinto en la Cámara Alta para dar quorum este jueves, con lo cual, el número debía conseguirlo el oficialismo. “Se cancela la sesión salvo que la oposición nos sorprenda y se avenga a acompañar, cosa que no creemos”, advertían en el sector que responde a Cristina Kirchner en el Senado.
El Frente de Todos tiene 35 senadores. Para iniciar una sesión y poder aprobar el proyecto se necesitan 37. Por lo general, el bloque oficialista suele conseguir quorum y mayoría con la ayuda de tres aliados recurrentes: Magdalena Solari Quintana (Frente de la Concordia), Alberto Weretilneck (Juntos Somos Río Negro) y Clara Vega (Hay Futuro Argentina).
Con este panorama, cualquier ausencia por enfermedad pone en peligro una sesión -a lo que se suman inconvenientes de coordinación con todos los senadores, que tiene agenda política semanal en sus propias provincias, y supuestos problemas recurrentes para conseguir pasajes aéreos y viajar a la Capital Federal).
El sábado, José Mayans, presidente del interbloque del Frente de Todos en la Cámara Alta, fue internado de urgencia en Formosa por un cuadro de sangrado intestinal. El lunes fue trasladado en un vuelo sanitario hacia la Ciudad de Buenos Aires, donde quedó bajo observación. En la bancada oficialista, que formalmente no dio mayor información desde el fin de semana, aseguraban que el senador se mantenía estable y recuperándose. Pero el oficialismo perdió a un legislador para cualquier sesión en el corto plazo.
El oficialismo ya había tenido un problema similar hace solo unas semanas. El senador por misiones Maurice Closs fue operado y no podía participar de la sesión para tratar la reforma de la Corte Suprema. Luego de intensas negociaciones con aliados y dentro del propio Frente de Todos, se alcanzó el quórum con lo justo y fue aprobada, pero corrió el riesgo de volver a caerse, como había sucedido meses antes.
