Desgastado por el aumento de la conflictividad en la calle y las presiones de La Cámpora y los movimientos sociales, Juan Zabaleta analiza seriamente renunciar a su cargo de ministro de Desarrollo Social. Según informaron a TN fuentes cercanas a la Casa Rosada, Zabaleta definirá su futuro el próximo lunes y, por ahora, todo indica que terminará anunciando su salida del Gobierno.
Las razones son varias: la más visible es el fracaso de las negociaciones con los piqueteros. Esta semana hubo largas jornadas de protesta que generaron caos en la Ciudad de Buenos Aires: los manifestantes reclamaron la apertura de más planes Potenciar Trabajo y mayor asistencia alimentaria. Sin embargo, detrás de su decisión se esconden otras motivaciones políticas más importantes.
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Por un lado, “Juanchi” quiere recuperar el municipio de Hurlingham, donde La Cámpora ganó poder en los últimos meses. El kirchnerismo tiene en la mira a Zabaleta desde hace meses por los reiterados reclamos de organizaciones que denuncian la falta de comida y asistencia en los sectores más vulnerables. El funcionario, molesto, quiere dar un portazo porque entiende que es necesario cuidar su propio terruño de cara a 2023.
La otra razón tiene que ver con las últimas decisiones de Alberto Fernández. Cerca de Zabaleta argumentan que él había llegado al Gabinete junto con otros intendentes para hacer “albertismo”, algo a lo que el incluso el propio Presidente terminó renunciando. En este contexto, son varios los que se preguntan: “¿Vamos a acompañar a Alberto hasta el último día de su mandato, sabiendo que no tiene futuro ni reelección posible?”.
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La salida de Zabaleta de Desarrollo Social se materializaría en algún momento de octubre y podría ser la primera de las renuncias de los intendentes bonaerenses devenidos en funcionarios “albertistas”: los otros serían Gabriel Katopodis, exjefe comunal de San Martín y actual ministro de Obras Públicas; y Jorge Ferraresi, de Avellaneda y ministro de Desarrollo Territorial y Hábitat.
En caso de que se confirmen esas salidas, el Gabinete quedaría diezmado, con varios huecos por cubrir. La gran pregunta, claro, es si será Cristina Kirchner o Sergio Massa quien ocupe esos espacios de poder.
Lo que es seguro es que Alberto Fernández llegará a 2023 sin aliados en el Gobierno y casi sin poder.
