No todo es grieta en el Senado, a veces brota el amor. Carolina Losada y Luis Naidenoff ya no ocultan su relación sentimental. El legislador formoseño logró rehacer su vida a cuatro años de la dura tragedia que lo golpeó cuando murieron su esposa y su hijo por un calefón en mal estado.
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Cinthya Sonaridio, de 49 años y Joaquín Naidenoff, de 16, fueron encontrados muertos en su casa de la ciudad de Formosa el lunes 18 de junio por la mañana. La investigación de la Justicia concluyó que murieron intoxicados producto de un calefón a gas que funcionaba mal y combustionaba monóxido de carbono cada vez que se accionaba.
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Un calefón con un “mantenimiento defectuoso”, la causa de la muerte de la esposa y el hijo de Naidenoff
“El aparato tenía un mantenimiento defectuoso”, sostuvo entonces el juez Guillermo Caballero.
Fue la empleada doméstica, que al llegar a la mañana, encontró a Sonaridio “muerta en la cocina” y a Joaquín, en el pasillo de la planta alta, frente a su habitación. Estaba vestido con el uniforme del colegio.
“Ella se estaba preparando para ir a trabajar y él, para ir al colegio”, explicó el magistrado.
La falla se produjo en un calefón que al parecer no activó la válvula de seguridad y al apagarse la llama, siguió emitiendo gas.
Según las pericias, Cynthia, que era escribana y trabajaba en el Poder Judicial de la provincia, bajó alrededor de las 6.30 por una escalera de su habitación hasta la cocina y, al abrir la puerta, se habría sofocado y desmayado. Luego murió asfixiada en cuestión de minutos, indicaron los investigadores.
“Los peritos explicaron que este gas tiende a subir, por eso llegó hasta la parte de arriba donde estaba Joaquín y lamentablemente lo alcanzó”, explicó entonces el concejal local de Cambiemos, Miguel Montoya, amigo personal de Naidenoff.
La última conexión del celular de Joaquín fue a las 06:50, cuando sonó su despertador para ir al colegio. Horas antes, había dejado comentarios en un posteo que su hermana había hecho en Instagram.
“El problema podría haber ocurrido en cualquier momento”
El inicio “de la cadena” del accidente doméstico fue “una llave de agua caliente abierta por descuido o por la rotura en el bidet del baño compartido” de la planta alta. Por ello, “el calefón funcionó buena parte de la noche” explicaron.
En ese sentido, los peritos aseguraron que “el problema podría haber ocurrido en cualquier momento, inclusive antes”. Los análisis que se hicieron revelaron que esa casa estaba contaminada desde hace mucho tiempo; pero ese día, por el frío, estaba casi herméticamente cerrada y se produjo el triste desenlace.
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El monóxido de carbono que invadió la vivienda también mató a dos mascotas de la familia. Una fue encontrada en el sofá y otra en la planta alta.
La otra hija de Naidenoff, Agustina, estudiaba en una facultad en la ciudad de Buenos Aires, y, al igual que el senador, no estaba en el domicilio familiar.
Jugar a la generala, el último momento familiar que Naidenoff compartió con su hijo
Fuentes cercanas al legislador de Cambiemos contaron que aunque atravesaba un proceso de separación de su esposa, el trato entre ambos “era normal y de buenos términos”.
De hecho, el domingo por la noche, horas antes de la tragedia, Naidenoff se había quedado a cenar con su esposa y su hijo y “habían jugado a la generala”, contó Iván Kalluk, sobrino del senador nacional. Luego se había ido a su departamento.
Cinthya Sonaridio, de 48 años, era escribana y abogada, oriunda de Bella Vista (Corrientes) y conoció a Naidenoff cuando ambos estudiaban en la Universidad Nacional de Corrientes.
Joaquín cursaba el último año de la secundaria en el Colegio Privado ALAS, y murió pocos días antes del viaje de fin de curso a Bariloche, según había contado en su momento Enzo Casadei, vocero de prensa del senador formoseño.
