En un nuevo gesto de acercamiento con los Estados Unidos, la Argentina decidió acompañar este viernes una declaración de la Organización de Estados Americanos (OEA) que denuncia la intensificación del “sufrimiento humano” en Nicaragua y exige la liberación inmediata de presos políticos en el país gobernador por Daniel Ortega.
La declaración destaca que la organización “no puede permanecer en silencio ante la tragedia que se está produciendo en Nicaragua”, en referencia a la continua detención de “presos políticos”.
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Según las denuncias de la oposición nicaragüense y de organismos de derechos humanos internacionales, hay al menos 170 presos políticos en el país desde las protestas multitudinarias ocurridas en 2018.
Daniel Ortega se declaró ganador de las elecciones del 7 de noviembre para un cuarto mandato consecutivo, el segundo junto a su esposa y vicepresidenta Rosario Murillo. En los meses previos a la elección, una decena de candidatos opositores habían sido detenidos.
“Ninguno de nosotros puede permanecer en silencio ante la tragedia que se desarrolla en Nicaragua, donde el sufrimiento humano aumenta a medida que los derechos políticos, civiles y humanos, que todas nuestras naciones aprecian, son ignorados, erosionados y violados”, sostiene la declaración de la OEA.
La actitud de la Argentina respecto a la situación en Nicaragua fue errática. En junio y octubre del 2021, amparándose en “el principio de no intervención en asuntos internos”, el Gobierno de Alberto Fernández se negó a acompañar resoluciones para exigir la “liberación inmediata” de los opositores al gobierno de Daniel Ortega detenidos.
En noviembre del mismo año, en un giro de actitud, la Argentina acompañó la resolución de la OEA que condenó las últimas elecciones presidenciales en Nicaragua por “ilegítimas”. Horas antes, Gabriela Cerruti, portavoz de la Presidencia, había asegurado que el Gobierno no condenaría al régimen de Ortega.
La declaración de la OEA sobre Nicaragua que acompañó la Argentina
Los Estados miembros de la Organización de los Estados Americanos (OEA) que hacemos esta declaración en el Consejo Permanente, sabemos que todas las naciones de nuestro hemisferio defienden con firmeza los derechos humanos de todos nuestros pueblos, en particular los derechos a la vida, la libertad y la seguridad de la persona, y que nadie debe ser sometido a penas o tratos crueles, inhumanos o degradantes.
Estos derechos están consagrados en la Declaración Universal de Derechos Humanos y la Convención Americana sobre Derechos Humanos.
Nos preocupa profundamente la muerte en Nicaragua el 12 de febrero de Hugo Torres, preso político detenido, desde su arresto en junio pasado, en condiciones infrahumanas, como tantos otros que están presos por sus ideas políticas. Las circunstancias de su arresto y su prematura muerte son una dolorosa injusticia para él y su afligida familia, y una afrenta a los valores a los que se adhieren nuestras naciones.
Recordamos que este Consejo Permanente reconoció, en varias ocasiones a través de sus resoluciones adoptadas desde junio de 2018, las graves y deterioradas condiciones de los derechos humanos en Nicaragua y continuamente ofreció asistencia para ayudar a remediar la situación a pesar de ser rechazado por el Gobierno.
Cuando los miembros de la OEA adoptaron la Carta Democrática Interamericana en 2001, acordaron que la democracia es indispensable para la estabilidad, la paz y el desarrollo de nuestra región y se comprometieron a trabajar juntos para defender la democracia allí donde sus valores y principios fundamentales hayan colapsado.
La situación en Nicaragua es un desafío a estos valores y principios. Nuestra organización, y nosotros los Estados miembros de la OEA, no podemos quedarnos satisfechos con la inacción.
Ninguno de nosotros puede permanecer en silencio ante la tragedia que se desarrolla en Nicaragua, donde el sufrimiento humano aumenta a medida que los derechos políticos, civiles y humanos, que todas nuestras naciones aprecian, son ignorados, erosionados y violados.
Consideramos la continuación de la detención de presos políticos como una grave violación de los valores comunes a los que todos los Estados miembros de la OEA han declarado su adhesión.
Juntos alzamos nuestras voces en solidaridad con el pueblo de Nicaragua, con las víctimas de abusos a los derechos humanos y con sus familiares, al reiterar nuestra firme convicción de que todos los presos políticos en Nicaragua deben ser liberados de inmediato.